Muchos ayuntamientos están preocupados en los últimos años porque las localidades del interior del territorio valenciano siguen perdiendo población. Los jóvenes, ávidos de trabajo, posibilidades y experiencias, se marchan a la carrera hacia ciudades más grandes, incluso del extranjero. No hay barreras mentales para ellos y ellas, por lo que, para aturar el despoblamiento de los pueblos rurales del interior es necesario dos factores: sentimiento de pertenencia y esperanzas laborales. En Tous han trabajado en ambos desde hace décadas y hoy es una de las pocas localidades del interior que siguen ganando habitantes. «Tous bello, blanco, con amplias zonas verdes y acogedor con quien lo visita, escribe hoy la historia que contaremos mañana». Con esta cita textual define la web del ayuntamiento a su municipio. Un lugar donde conviven la tranquilidad absoluta y el relax en un entorno de naturaleza lejos de las grandes ciudades.
Para los toueros, nativos o adoptados, este pueblo es el verdadero paraíso. Situado a 50 kilómetros de València, muchos recuerdan el sitio por la peor catástrofe jamás vista en la Ribera Alta, la conocida como la «Pantanà». Fue un punto de inflexión para Tous. Una situación ante la que lejos de venirse abajo, supieron responder con total solvencia y eficacia. La mejor prueba está en el progreso y el crecimiento que han experimentado desde entonces en su nuevo enclave. Hoy, esta localidad maneja un presupuesto de 1.890.560 euros y un gasto similar de 1.874.110 €. Cifras a la altura de grandes urbes a las que el consistorio ribereño bien podría darles una clase de gestión.
De entre sus más de 1.200 vecinos es complicado encontrar a alguien descontento con la gestión municipal. Incluso el PSOE, única oposición al actual gobierno que dirige la población desde el 1999 con Cristobal García Santafilomena a la cabeza (PP), destaca el trabajo y la apuesta en su política social destinada a ayudar a las familias. «Queremos que haya calidad de vida, es decir, que la gente tenga tranquilidad y pueda disfrutar sin problemas. Nuestra intención es que el dinero que nos llega repercuta en los habitantes», asegura Antonio Martorell Martorell, teniente alcalde del municipio.
En esas ayudas destaca una importante partida que el ayuntamiento destina, según el presupuesto municipal aprobado recientemente, a la lucha contra el paro, eje de su política económica, con alrededor de 600.000 euros para crear una bolsa de trabajo que dé empleo a más de 170 vecinos y vecinas. «Es obvio que tenemos gente que no trabaja, pero en comparación con otras localidades que tengan mayor número de habitantes, es mínima. Nuestra cifra es cercana a un 3% de paro, por lo que podríamos decir que es insignificante», declara Martorell.
La creación de empleo es el mecanismo más importante para combatir los diferentes niveles de pobreza aunque el consistorio también cuenta con un plan de emergencia social dotado de 10.000 euros con los que se tiende la mano a los núcleos familiares con una grave situación económica. Además de estas ayudas a personas sin trabajo, el consistorio también prevé desde hace unos años planes de subvenciones para incentivar la llegada de nuevos vecinos. Las familias que adquieren una nueva vivienda reciben una ayuda de 1.000 euros, mientras los que tienen hijos reciben 500 euros y las familias que pasan a ser numerosas son retribuidas con 300 euros.
También se tiene en cuenta a los diferentes colectivos ciudadanos. Por ejemplo, la Sociedad de Cazadores Santa Bárbara recibirá este año una partida de 20.000 €. Otros colectivos como el club de fútbol más de 24.000 euros y en casos como la Asociación de Madres y Padres de Alumnos tendrán una partida de 20.000€ con la que, por ejemplo, poder fletar un autobús que traslada a alumnos de poblaciones vecinas hasta la localidad. «El futuro de Tous tiene que ir encaminado hacia el bienestar social, el progreso y el crecer. ¿Cómo? Sobre todo intentando que la gente sepa lo que se hace desde el Ayuntamiento. Simplemente queremos que un pueblo de 1200 habitantes tenga unos servicios que estén adecuados al número de personas que viven. Aquí estamos para servir y hacer que todos sean felices», explica Antonio Martorell.
