Los agricultores de la Ribera han observado como las peores espectativas se han acabado confirmando. La campaña de la fruta con hueso (albaricoques, nectarinas, melocotones, etc.) inició con precios muy bajos y su conclusión se ha mantenido en dicha línea e incluso peor. Tanto la cooperativa de Carlet como la de Turís, dos de las más importantes del territorio, coincidieron ayer en que, pese a la calidad y a la elevada producción, no se cubrirán los costes.

Los condicionantes eran francamente buenos, según explicó ayer a este diario el presidente de la cooperativa carletina, Vicent Monzó, ya que se había aumentado la producción y se obtenía una fruta de calidad. Además, las inclemencias meteorológicas respetaron bastante a los agricultores. «Pero lo que podría ser una campaña normal ha acabado siendo un desastre por culpa de unos precios irrisorios, al inicio ya eran bastante bajos, pero han ido a peor. Tampoco podemos sorprendernos ahora de los resultados», aseveró Monzó. José Crespo, presidente de la cooperativa turisana, destacó que a inicios de la campaña se pagaban cerca de 25 céntimos menos con respecto al año pasado. De hecho, tanto uno como otro aseguraron que, de haberse mantenido los precios de 2016, con la cantidad y calidad del producto de este año, la campaña se habría considerado buena. «Yo firmaría unas condiciones similares para el año que viene, ha que se han cumplido las estimaciones de producción, incluso con algunas pérdidas iniciales», incidió Monzó.

El propio presidente de la cooperativa de Carlet recordó que la situación en los últimos años ha cambiado de manera notable: «Antes el mercado se comportaba muy bien durante las últimas semanas de abril, mayo y junio, la mayor preocupación que teníamos era el clima y obtener el calibre deseado, pero Murcia ha ganado terreno de producción mientras que València lo pierde; si juntamos todos esos condicionantes a los precios malísimos, nos encontramos con un escenario que es muy complicado para la fruta con hueso, en el que los agricultores realizan un gran trabajo pero no obtienen recompensa ya que ni siquiera recuperan el coste de producción y se ven abocados a la ruina», sentenció.