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Bajo mínimos

La residencia de Carlet deja a un solo trabajador para cuidar a 40 ancianos

El comité de empresa denuncia la falta de 17 auxiliares de enfermería - Hay cuatro vacantes desde junio, tres bajas y diez periodos vacacionales no cubiertos - Los turnos de noche y de fin de semana, los más afectados

La residencia de Carlet está bajo mínimos. Otra vez. Con la llegada del verano y las correspondientes vacaciones, el mayor geriátrico público de la Comunitat Valenciana vuelve a tener serios problemas de personal, lo que se traduce en una «precaria atención a los usuarios», según ha denunciado el comité de empresa. El propio organismo interno manifiesta que en algunos turnos, especialmente de noche y en fin de semana, tan sólo hay un trabajador para atender a una planta con sus respectivos dos módulos, es decir, un único sanitario para cuidar a unos cuarenta ancianos, tal y como ocurrió el pasado 16 de julio.

Durante los meses mayo y junio se produjeron cuatro vacantes que no se cubrieron. De tres bajas, tan sólo se ha sustituido una. Además, hay diez periodos vacacionales que tampoco han tenido su correspondiente reemplazo. «Los auxiliares de Enfermería han solicitado las vacaciones según las instrucciones de la Dirección Territorial de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas y, a pesar de ello, no se han cubierto dichas vacantes», denuncia el comité de empresa, tanto a Función Pública como a la propia Dirección Territorial, aunque sin que se subsane el problema.

En total, el comité de empresa echa en falta diecisiete auxiliares por cubrir y que, de cara al mes de agosto, se necesitan seis ayudantes de residencia y cuatro subalternos. La situación provoca un tremendo hastío a trabajadores, familiares y residentes. «La gente está muy molesta, tiene la sensación de que el personal y los usuarios no tienen importancia para la conselleria», subrayó ayer la presidenta del comité, María Jesús Barbarroja, que añadió: «No puede ser que llegue una noche y haya sólo una persona para atender a una planta, porque muchas personas tienen un alto grado de dependencia y, a veces, requieren que dos profesionales las atiendan al mismo tiempo y eso implica dejar una planta desatendida. La precariedad laboral es absoluta, si hace falta que convoquen bolsas de emergencia, que lo hagan; lo que no puede ser es que llega el momento y, mientras Hacienda da el permiso y todo, se tardan hasta dos meses en cubrir una plaza».

Historia repetida

La situación no es nueva y es precisamente ese detalle el que provoca un mayor hartazgo en los trabajadores de la residencia de Carlet. Durante los últimos años, la llegada del verano supone un problema para el personal sanitario y los usuarios del centro. Este diario ya informó hace un año de una situación similar, en la que un único empleado también atendía a cuarenta personas en los turnos más delicados, los nocturnos y de fin de semana.

Por aquel entonces, la conselleria que encabeza Mónica Oltra culpó de la situación a los trabajadores apuntados en la bolsa, al asegurar que muchos renunciaban a acudir a la residencia carletina para cubrir espacios de tiempo más cortos. Los propios sustitutos ocasionales rechazaron dicha afirmación y esgrimieron tanto la falta de previsión como la tardanza de pago como los motivos principales del problema. Como manera de aliviar la situación, el centro dejó de recibir ancianos, salvo en casos de urgencia, pero ni así la ratio personal/ancianos se ha reducido en exceso.

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