El presidente de la Cooperativa Eléctrica de Guadassuar tiene claro que las administraciones públicas pueden jugar un papel importante para que el coche eléctrico gane terreno a los motores convencionales. El Ayuntamiento de Alberic es uno de los que ha recogido el guante. Aunque sus habitantes se muestran algo reacios ya que ni uno solo ha solicitado las ayudas municipales para comprar vehículos eléctricos.
El consistorio que dirige Toño Carratalá defiende su intención de ser pionero en lo que a movilidad sostenible se refiere. Buena prueba de ello es la incorporación de vehículos eléctricos e híbridos a la flota municipal, algo que han hecho también ayuntamientos como el de Cullera. «Por un lado es una apuesta medioambiental, por la reducción de contaminación tanto por emisión de gases como acústica y, por otro lado, es una apuesta económica, por el gran ahorro de dinero que supone a las arcas municipales», argumenta Carratalá.
El propio alcalde, no obstante, reconoce que esa apuesta «no acaba de cuajar en la ciudadanía». El ayuntamiento presentó, hace varios meses, una convocatoria en la que ofrecía a sus vecinos ayudas de 500 euros para la adquisición de vehículos eléctricos. Nadie se ha acogido a la subvención. Al igual que le ocurre a José Vicente Sais, Toño Carratalá es consciente de que se trata de inversiones que son rentables. «Esto es el futuro, por eso no nos daremos por vencido y seguiremos apostando por ello, el camino que hemos iniciado es el correcto y pretendemos ser el espejo en el que se miren otros pueblos», asegura Carratalá, que añade: «Es por eso que lo intentaremos de nuevo y plantearemos nuevas líneas de ayuda y propuestas en este sentido, queremos ser un referente de la movilidad sostenible».
Carratalá reconoce que también se planteó, tal y como propone Sais, incorporar puntos de recarga municipales, pero que la inversión todavía es demasiado cara. «Poco a poco, los ayuntamientos y sus ciudadanos se sumarán a esto», sentencia.
