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Escipiones romanos reconquistan Algemesí

Diez arqueólogos e historiadores acampan en la localidad para exhibir la indumentaria, armas y costumbres de los soldados de la II Guerra Púnica

La expedición de arqueólogos e historiadores, vestidos con la indumentaria romana, al llegar al parque Bernat Guinovart de Algemesí. vicent m. pastor

Algemesí retrocedió 2.200 años en la historia para volver a recibir la visita del ejército romano durante la II Guerra Púnica. La localidad recreó el momento en el que los escipiones, en su camino para conquistar Cartagena por la antigua ruta de la Vía Scipiones, se detuvieron para recuperar fuerzas en la superficie donde siglos después se asentó la localidad ribereña, una hazaña que se remonta al año 200 antes de Cristo. Se trata de una recreación protagonizada por un grupo de arqueólogos e historiadores voluntarios que, equipados con ropajes y armamento de la época, explicaron al centenar de vecinos algemesinenses que se acercaron a ver el campamento cómo era la vida de los militares romanos y en qué consiste este proyecto de investigación, que persigue conocer más a fondo el periodo y potenciarse como un atractivo turístico para los municipios de forman parte.

En concreto, los curiosos que se dejaron ver por el parque Bernat Guinovart se encontraron con un auténtico campamento romano. Una expedición llegó antes para montar las tiendas y prepara la cena, un guiso con carne, verdura y garbanzos, «como los que se hacían en la época», según explica el arqueólogo y encargado de la logística del proyecto, Eduard Ble. Algunas horas después llegaron a Algemesí los soldados, en concreto 10, 8 romanos y 2 íberos, tras días de andar cargados con réplicas de la indumentaria y las armas que se utilizaban hace 2.200 años, así como otros elementos como cantimploras hechas de piel. «Consideramos que la gente debía de conocer las diferencias entre los ropajes y armamentos de cada bando», dice Ble. De hecho, el peso de los atuendos supera los 15 kilos y puede alcanzar hasta los 20 kilogramos.

Una vez en Algemesí, estos voluntarios (que emprendieron la marcha desde la población en Aldea, en el Ebro, donde se localizó un campamento romano) mostraron al público escenas que se vivían en los campamentos. Una pareja de soldados exhibió su armamento mientras otros jugaban a juegos típicos de la época. Otro escipión, por su parte, se arreglaba las cáligas (caligae), unas botas de la época con unos tacos de hierro. Y lo hacía no solo para mostrar al público cómo se solía hacer, sino también porque a la mañana siguiente las tenía que utilizar para marchar, cruzando a su paso municipios de la comarca como Alzira, Carcaixent, Pobla Llarga o Manuel. La expedición continuará por tierras alicantinas y murcianas hasta completar los 450 kilómetros en Cartagena.

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