La playa del Marenyet de Cullera se ha visto gravemente afectada por la erosión provocada por los temporales marítimos que la azotaron el pasado invierno. De hecho, un trozo de la misma llegó a desaparecer ante la impotencia de vecinos y autoridades. La Demarcación de Costas de Valencia, a instancias del ayuntamiento, ha activado un plan de envergadura para frenar la regresión del arenal y tratar de minimizar futuros daños causados por temporales, que incluso podrían afectar a las viviendas.

La actuación conlleva el abocamiento de 750 camiones de arena -equivalentes a 7.500 metros cúbicos- y se lleva a cabo desde ayer a la altura de la Torre del Marenyet en dirección sur, según informó el concejal delegado de Playas, Salva Tortajada. El edil visitó los trabajos y aseguró que el proceso de vertido se prolongará de quince a veinte días. «El objetivo principal de la actuación es minimizar futuros posibles daños por culpa de los temporales», explicó Tortajada, quien aprovechó la coyuntura para agradecer a Costas la intervención, aunque recordó que todavía hacen falta actuaciones para que las playas de Cullera vuelvan a su estado anterior.

Aunque en un principio el aporte se había previsto para el verano, el consistorio disuadió a la Demarcación de Costas de esta intención para no entorpecer el uso de la playa por parte de los bañistas en plena temporada estival.

No es la primera vez que el Marenyet se ve gravemente afectado por la erosión. Sus arenales han estado sobreviviendo a duras penas contra los temporales de los últimos años. El invierno pasado fue especialmente dañino en esta zona debido a los fuertes temporales acaecidos durante los meses de febrero y marzo, que no solo arrasaron el arenal sino que llenaron de cañas y desperdicios este tramo de litoral como consecuencia de los arrastres del Xúquer ante la falta de limpieza del cauce por parte de la Confederación Hidrográfica del Júcar, denunció ayer el equipo de gobierno de Cullera.

Durante el último invierno han sido otras muchos los tramos del litoral de Cullera gravemente afectados por los temporales. Los episodios causaron daños tanto en el entorno como en las infraestructuras. Solamente el temporal de marzo dejó pérdidas por valor de tres millones de euros.

La playa del Dosel fue la última en recibir un «tratamiento de choque». En pleno mes de agosto se tuvieron que verter cuarenta camiones de arena ante el avance del mar que amenazaba las dunas y uno de sus chiringuitos.