Cullera ha logrado virar su modelo turístico. La ciudad costera cerrará 2017 con un avance hacia la internacionalización de su turismo. Tres de cada diez visitantes que ha recibido la localidad a lo largo de este año son de procedencia internacional, según las cifras facilitadas ayer por Visit Cullera, la marca turística de la ciudad. Dentro de este segmento, los franceses siguen siendo los principales clientes extranjeros de Cullera. Atraídos mayoritariamente por las playas y el clima de la capital turística de la Ribera, representan el 54 % de las visitas internacionales.

Al mismo tiempo toman cada vez mayor protagonismo los turistas alemanes. En 2017 han supuesto el 13 % de las visitas, por delante del Reino Unido, que se sitúa en tercer lugar con un 8 %. Por este orden, países como Holanda, Bélgica, Italia y Rusia completan los primeros puestos de esta clasificación. En total, Cullera contabiliza turistas de hasta 36 nacionalidades distintas.

La valoración que hacen los responsables del Departamento de Turismo es muy positiva porque se está logrando diversificar el perfil de turista que llega a Cullera a lo largo de todo el año.

El perfil del visitante extranjero suele ser el de una familia o pareja de mediana edad con un poder adquisitivo alto, un cliente muy apetecible para las empresas turísticas porque deja ingresos importantes y viaja a lo largo de todo el año, ayudando de este modo a romper con la estacionalidad.

En ese aspecto, Cullera ha seguido en 2017 con la tendencia a ampliar la temporada turística gracias también a los extranjeros. Desde el mes de marzo se registraron ya índices de ocupación destacables. Julio fue el mejor mes de la serie, incluso ligeramente por encima de agosto, cuando la ciudad estuvo a tope. La Semana Santa fue excelente y el mes de septiembre estuvo por encima de las expectativas. Marzo, con las Fallas como gran atractivo, también dejó unos resultados positivos como hacía años que no se conocían.

La dura lucha con mercados internacionales, en especial el norte de África o Centro América, durante los años noventa y en la primera década del siglo XXI, había hecho que el perfil de turista extranjero que visitaba Cullera fuese cambiando hasta cifras que en muchos momentos podían considerarse como imposibles en su vertiente negativa.