Los vecinos de Carcaixent han elaborado una petición formal para pedir al ayuntamiento que revise la normativa local relativa al Impuesto de Bienes Inmuebles y Plusvalías y solicite a la Dirección General del Catastro una nueva revisión de valores para adecuarlos al precio actual de mercado. A día de hoy, la ciudad ribereña se rige por un modelo de tasación que se estableció en 2012, coincidiendo con el período de la burbuja inmobiliaria, un hecho ha provocado que el valor catastral aplicado a los inmuebles supere ya en muchos casos el 50 % de su precio real de mercado.

Por encima de su coste real

Con el paso del tiempo, esos importes se han ido alejando de la realidad que vive el mercado de la vivienda, provocando una merma en la capacidad económica de los habitantes y, de manera especial, en las familias con menos recursos. Un caso práctico: una pareja compró en julio de 2007 un ático por 132.000 euros antes de 2012 y pagaba de IBI un total de 227 euros. Ahora, le darían unos 60.000 euros, pero tiene que abonar anualmente una tasa de 390 euros. En esencia, adquirió su vivienda por un valor mucho mayor del que tiene actualmente en el mercado inmobiliario, después de que se haya desplomado, y, además, tributa el doble.

El asunto ha causado un importante revuelo entre la comunidad de vecinos y ha generado protestas y quejas de diversa índole. Tanto que, para paliar el impacto, un grupo de personas se ha organizado para dar una salida conjunta a un problema, que consideran derivado de la revisión catastral que realizó el consistorio y en la que se acogió a valores del mercado de la vivienda de los años en los que los precios estaban en su tope máximo y la crisis no asomaba. «Esta nueva revisión permitiría reajustar los valores a los que actualmente tiene el mercado, dando como resultado una tributación más justa en contribuciones y plusvalías. Al mismo tiempo, las complementarias no serían tan alarmantes ni de cuantías tan elevadas. No es justo que se paguen esas cantidades. Es un tema muy complicado. Tanto que ha habido casos de verdadero drama. Gente angustiada y asustada sin saber cómo van a poder hacer frente a los pagos», aseguró un afectado a este periódico, que prefirió mantenerse en el anonimato.

Para poder solicitar la actualización de los valores catastrales deben haber transcurrido cinco años desde el procedimiento de valoración colectiva que en Carcaixent se produjo en 2012. Es por ello, que se ha realizado esta petición para que puedan aplicarse los nuevos en este mismo año. Así, con esta revisión a la baja se reduciría el valor catastral de los inmuebles con las consiguientes ventajas fiscales para los contribuyentes. «Es responsabilidad de la corporación municipal, y en especial del alcalde, vigilar en el ámbito de su actuación la aplicación de los principios constitucionales de gran importancia como es el establecimiento de un sistema tributario justo, que tenga en cuenta la capacidad económica del ciudadano y la equidad», explicaron los perjudicados.

Aprobado por unanimidad

El ayuntamiento aprobó por unanimidad el 28 de septiembre de 2016 solicitar a la Dirección General del Catastro de manera inmediata una nueva ponencia de valores. Por el momento, el acuerdo, en palabras del concejal de Hacienda, Vicent Lluís Roca, se ha hecho efectivo, no obstante, afirmó que desde el órgano de gestión del Ministerio de Hacienda le han confirmado que, al menos durante un tiempo, no realizarán ninguna actualización. «Me reuní con los miembros del catastro y me confirmaron que no tenían pensado ejecutar ningún estudio a corto plazo». Asimismo, el edil garantizó que «es cierto que los valores catastrales en Carcaixent están bastante hinchados».

Para hacer frente a esta problemática, se han ido produciendo rebajas del tipo impositivo del IBI Urbana, siempre que la ley lo ha permitido. «Nuestra intención es seguir pidiendo una revisión catastral», sentenció.