La historia humana de la saturación del servicio de Urgencias del Hospital lo ofrece esta vez una mujer de València que se sintió indispuesta el domingo cuando estaba en su piso de Cullera. Entró en el centro médico a las 14 horas y a pesar de contar con una hemorragia interna que la hacía sangrar por el ano no estaba previsto que se le realizase una endoscopia hasta hoy martes, sin que los médicos pudiesen concretar la hora. La mujer permanecía en uno de los pasillos de la zona de boxes y en los dos días ha sufrido ya varios ataques de ansiedad por observar con frustración el no ser atendida. «No conocíamos la situación de este hospital. De haberlo sabido hubiésemos ido a otro público porque esto es un caos y seguimos sin diagnóstico más de un día y medio después de venir», denunciaba ayer por la tarde su marido, Antonio, que permanecía en la sala de espera.