Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

de ayer a hoy de ayer a hoy

Una joya de ciudadano

Alzira galardona al comercio que fundó el recordado Enrique Revert

Cristina y Teresa reciben el galardón de manos de Antoni Such. a. rovira

La gala de clausura de la X Semana de la Economía de Alzira incluyó la entrega de distinciones a tres empresas o comercios de Alzira: Campos Racing, Pedro Andrés, de Texlimca, y Revert Joyeras. Este último establecimiento, fundado por mi amigo Enrique Revert, estuvo representado por sus hijas Teresa y Cristina. Deseamos reunir unas letras para recordarlo.

La antigua relojería Revert, ubicada en la calle Mayor Santa Catalina, la abrió Enrique en 1946. Tras un periodo de apredizaje en la recordada relojería de Vicente Llorens (Carderón de la Barca, 14) abrió su taller de reparación y venta de la «máquina del tiempo» en Guadassuar. Pasados unos años, en los albores de la década de los años 50, inauguró su nuevo establecimiento en la calle Mayor Santa Catalina, 47, y más tarde, tras la «Pantanada», se trasladó al número 36 de la misma calle, en lo que los alcireños más veteranos conocemos por la plazoleta de Colón, al lado del horno de la señora Teresa España y el Hotel Colón. Al nuevo proyecto se une Teresa Guillart, su esposa. La expansión del negocio corrió pareja a la habilidad profesional del matrimonio. La amplitud del nuevo local, el taller de joyería, con su hermano Antonio al frente, y la incorporación de colaboradores en el departamento técnico y de ventas ayudan a que la firma prospere.

El 22 de mayo de 1966, se celebra en la Plaza Mayor, la coronación canónica de la Virgen de Lluch, patrona de Alzira, y la Real Cofradía le otorga el honor de realizar las coronas de oro para la imagen de la Virgen y del Niño, con joyas donadas por fieles alcireños.

La entrada de la segunda generación, se consolida en los años 80 del pasado siglo, cuando su hija Teresa termina sus estudios de gemología y Cristina, su otra hija, los de joyería y engastado. En el año 2002, con la jubilación de los fundadores, llega el relevo. Se constituye la firma Revert Guillart, S.L. con la denominación comercial de Revert Joyeras en la nueva ubicación, ampliando sus instalaciones para ofrecer a su clientela un ambiente cálido, moderno y con mayor espacio expositivo.

Teresa y Cristina, durante su larga trayectoria, han logrado unir dos valores difíciles en estos tiempos, con la bien heredada vocación de sus padres. El galardón de la Asociación Empresarial se lo entregó a ambas Antoni Such, director general de Administración Local de la Generalitat. A continuación, Cristina Revert se acercó al micrófono para trasladar su «profundo agradecimiento a la Asociación Empresarial de Alzira por la distinción. Sentimos con emoción este premio como un reconocimiento a nuestros padres, Enrique y Teresa. Ellos nos transmitieron con su ejemplo, pasión y respeto la herencia recibida de su trabajo. Queremos recordar al mismo tiempo a nuestro tío Antonio, trabajador infatigable y tenaz. Él fue el apoyo indondicional de su hermano Enrique, sin duda por la complicidad fraternal que existía entre ellos. También queremos hacer partícipe este premio a todo el equipo humano que colabora con nosotras, a los que ahora están y a los que pasaron en esta labor profesional», enfatizó.

Y añadió: «Revert Joyeras, no sería lo que es, sin el apoyo de su clientela. Y por último, nuestra enhorabuena a Campos Racing, en la persona de Adrián Campos Suñer y a Pedro Andrés Oliver, de la empresa Texlinca, que completan el palmarés de los premiados», concluyó.

El cronista que traza estas líneas, tiene el gusto, dejando la emoción en el bolsillo, de resaltar la amistad que compartía con Enrique Revert Sanz, al que cariñosamente le llamaba «el hombre del tiempo» por su profesionalidad como relojero y joyero. Nos dejó hace siete años, el 25 de octubre de 2011. Era muy aficionado a la pesca, como lo sigue siendo su hermano Antonio, nonagenario. Enrique perteneció muchos años a la comisión fallera de la Placeta, donde creó, diseñó y fabricó las distinciones -cacau i tramús- con que premia a sus falleros esta comisión.

Revert sufrió, al mismo tiempo que los habitantes de La Ribera, la catástrofe de la pantanada de Tous, desastre que se repitió cinco años más tarde, el 4 de noviembre de 1987. Enrique se integró de lleno en la Asociación de la Pequeña y Mediana Empresa (Apemeda), para defender los intereses de los damnificados. Todos recuerdan su entrega. Invirtió veintinueve años de lucha en el largo y rocambolesco proceso judicial. Decía el profesor Eduardo Soler i Estruch que, «el que té un amic i, a més a més, és bon amic, aixó és un regal del cel». Enrique, somos muchos los que te recordamos.

Compartir el artículo

stats