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Las mujeres también saben garantizar la mejor protección

Dos voluntarias ejercen como jefas de los grupos de Protección Civil de Alzira y Sumacàrcer

Las mujeres también saben garantizar la mejor protección

Las agrupaciones de voluntarios de Protección Civil están formadas mayoritariamente por hombres, aunque los equipos de Alzira y Sumacàrcer tienen una mujer al frente. No es habitual. Pili Seguí se muestra contrariada de convertirse en noticia por esta circunstancia, aunque admite que es necesaria esta exposición para dejar de serlo. Algo falla en una sociedad que aún distingue entre roles de hombres y mujeres, reflexiona. La responsable del grupo de Sumacàrcer considera que es la disposición de una persona, sea hombre o mujer, la que permite situarse al frente de un colectivo. «El carácter te puede dar un plus», comenta, al tiempo que señala que las herramientas que uno tiene a su alcance, la formación, ayudan a ejercer esa jefatura. «En un grupo de Protección Civil pregunté una vez qué pensaban y la mayoría dijo que ojalá hubiera más mujeres», apunta.

La responsable de la agrupación de Alzira, Nardi Canet, lo deja claro: «Yo no mando, yo organizo» y destaca que, en el ámbito de las emergencias, hay una jerarquía de mandos «absolutamente necesaria» que los voluntarios respetan. «Está claro que hombres y mujeres somos físicamente diferentes, pero me he encontrado en situaciones en que prefiero enviar a una mujer porque la veo más capacitada, igual de necesaria es una mujer que un hombre», comenta la jefa del grupo de Alzira, que considera que también la mujer «tiene que cambiar el chip» que le lleva a decantarse por el voluntariado de carácter social cuando, destaca, en el ámbito de Protección Civil «puede realizar cualquier trabajo».

Nardi llegó a Protección Civil en 2001 siguiendo los pasos de su marido y la afición a las actividades de montaña hasta que, hace un par de años, fue propuesta como responsable al retirarse el que había sido jefe del grupo durante 18 años consecutivos. «Le pedí que hiciera una reunión para ver qué pensaba la gente porque, sin el respaldo del grupo..., me da igual que sea hombre que mujer. La gente me apoyó», recuerda. Lleva dos años al frente del equipo.

El caso de Pili es distinto. Tras vivir varias experiencias de las que marcan a una persona, entre ellas el rescate de un hombre que se ahogaba en la denominada Platja de l'Esgoletja, en el cauce del Xúquer, vio como el intento de constituir un grupo de Protección Civil en Sumacàrcer chocaba con la escasa disponibilidad de los promotores, entre ellos su hijo, para realizar el curso base que se necesitaba para designar un coordinador. Se ofreció para recibir esa formación y entró directamente como jefa de la agrupación. Han pasado ya cuatro años y continúa en el cargo. Es la única mujer en una agrupación pequeña.

Ambas coinciden en señalar que la mujer que entra en Protección Civil suele retirarse pronto «al dar prioridad a la familia». «Se apuntan parejas y, aunque está cambiando, cuando se suceden los servicios de apoyo los fines de semana en pruebas deportivas suele ser la que se queda con los hijos», explica Nardi Canet, mientras Pili Seguí reivindica un cambio en la mentalidad de la sociedad que propicia que sea la mujer la que se queda en casa.

Las dos destacan el respeto que tienen tanto de los voluntarios como de los profesionales que actúan en servicios de emergencia y, si acaso, apuntan una diferencia entre hombres, en algunos casos, matizan, y mujeres en cuanto a la motivación que les lleva a ingresar en Protección Civil. En este sentido, señalan que mientras hay que varones que buscan acción, en el caso de la mujer es la vocación de servicio la que les impulsa a entrar.

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