La instalación que se pretende construir en la Ribera para almacenar bajo tierra hileras de grandes cajones sellados sin apenas contenido orgánico e impermeabilizados sigue sin tener una ubicación clara. De la lista de candidatos que barajó el Consorcio Ribera-Valldigna con Turís, Montserrat, Llombai, Tous, Alzira, Gavarda, Sellent, Guadassuar, Montroi, Catadau y Antella, solo se ha postulado como firme candidato el municipio de Tous. Guadassuar está a la expectativa y, según su alcalde, Salvador Montañana, el ayuntamiento esperará a que pasen las fiestas de Fallas y Pascua para realizar unas jornadas informativas y una votación popular ya que se ha decidido que sean los vecinos los que tengan la última palabra. El resto de localidades, ya sea a través del pleno municipal o de una consulta, han mostrado un amplio rechazo.
En el caso de Tous, el equipo de gobierno que comanda Cristóbal García considera que acoger el vertedero comarcal resultará beneficioso, ya que podría ubicarse lejos del casco urbano -su término es el más grande de la comarca con 127,5 kilómetros cuadrados- y generaría numerosos puestos de trabajo, además de la aportación económica que recibiría el ayuntamiento. Todo lo contrario que Gavarda, que fue el último municipio en decir no tras una consulta vecinal en la que un 80 % de los participantes votó en contra de la planta de residuos.
El secretario autonómico de Medio Ambiente, Francesc Quesada, aseguró en su reciente visita a l'Alcúdia, donde se inauguró el primer ecoparque elaborado con material reciclado, que se trata de cuestión que debe resolverse en el ámbito local. «La decisión tiene que ser consensuada y participada por la ciudadanía. En este caso, la conselleria no puede intervenir, pero sí ayudar. Es obvio que a nadie le gusta tener plantas ni depósitos, pero los modelos actuales han cambiado y la gente sigue teniendo una percepción equivocada. En ese aspecto es donde se debería incidir más para que los vecinos y vecinas conocieran de primera mano el proyecto que expone el consorcio», aseguró.
También aludió a la mitología y la poca información que existe sobre el vertedero. «Las personas tienen que ser más receptivas. No hace olor y se trata de espacios que en veinte años quedan completamente sellados, sin ningún tipo de problema. Es obvio que se trata de un debate abierto y reflexivo, pero hace falta más información y ahí es donde podemos ofrecer nuestra ayuda. Al final, los residuos tienen que ir a parar a algún sitio y pronto se tendrá que decidir. Éste será el primero de muchos más que vendrán», sentenció Quesada.
Los terrenos iniciales propuestos por la Agència Energètica de la Ribera no han convencido a los candidatos y ahora, en esta recta final, solo quedan «vivas» las alternativas de Tous y Guadassuar. ¿La razón principal del fracaso? Algunos piensan que no cuenta con los mínimos estándares de seguridad y que puede causar problemas medioambientales futuros. Sin embargo, son los técnicos de la AER los que establecieron los destinos más adecuados a la espera de un estudio más pormenorizado sobre el terreno. La ausencia de esta infraestructura está obligando a trasladar a cientos de kilómetros el desperdicio que no se puede reutilizar tras el proceso de selección que se realiza en la planta de tratamiento de Guadassuar, lo que representa un coste anual 2,4 millones de euros.
