La anhelada conexión directa de Carcaixent con la autovía amenaza con tensionar las relaciones con Alzira cuando atravesaban por un momento dulce. El tripartito alcireño ha dejado clara su oposición al denominado acceso Norte a Carcaixent, que plantea la conexión de esta ciudad con la CV-50 a través de la rotonda del Molí Borrego -la situada a la altura de la sala Rex Natura- porque implicaría la destrucción de numerosos campos en plena producción a su paso por el término municipal de Alzira.

La responsable del área de Planificación Urbanística, la edil de Compromís Sara Garés, sorprendió con esta oposición frontal al proyecto que busca mejorar los accesos a Carcaixent durante el debate sobre el nuevo Plan General de Ordenación Urbana de Alzira, un documento que la oposición (PP y Cs) tumbó en el pleno del miércoles ante la ausencia de dos ediles del gobierno local por enfermedad.

Garés respondía a la críticas del popular Enrique Montalvá, que había acusado al tripartito de «no haber peleado» mantener en el PGOU el suelo comercial que confluía con Carcaixent a través de Vilella, cuando enumeró los proyectos por los que el tripartito está dispuesto a pelear, entre los que citó el nuevo puente, el enlace con la AP-7 o contra la conexión de Carcaixent con la autovía de Guadassuar a través del término municipal de Alzira, una carretera, dijo, «que no tiene ningún sentido» ya que supondría «deshacer una gran parte de los campos en producción agrícola que tenemos allí», indicó Garés mientras incidía en que «para que lleguen a Carcaixent» se perdería una amplia franja que va desde la rotonda del Molí Borrego, hacia el Camí de l'Almunia y la Carretera de Alberic «y buena parte de Vilella», llegó a señalar, mientras aludía al impacto de un paso sobreelevado.

El alcalde de Carcaixent, Paco Salom, también de Compromís, evitó ayer polemizar al entender que, cuando todavía se está trabajando en un proyecto básico que debe definir el trazado, no es momento de pronunciarse. «No veo motivo para darle importancia a esa intervención porque es muy pronto y no me gustaría poner palos en las ruedas a la relación entre ambos ayuntamientos, que son mejores que nunca», comentó Salom, quien considera que puede haber un «error de interpretación» en algunos de los argumentos que expuso su correligionaria en Alzira en el fragor del debate.

Cabe recordar que la conexión de Carcaixent con la CV-50 formaba parte inicialmente de un proyecto más amplio denominado variante sudoeste de Alzira, que seguía el mismo trazado en este tramo, aunque tras cruzar el río y las plataformas del ferrocarril, tanto la de Cercanías como la del AVE, continuaba por Vilella para volver a enlazar con la CV-50 en dirección a la Barraca. Paco Salom comentó que está claro que los puntos de partida e inicio del futuro enlace son Carcaixent y la rotonda de la CV-50 y que, si bien resulta obvio que el proyecto deberá salvar tanto el cauce del Xúquer como las plataformas ferroviarias, no se ha definido el trazado ni por qué punto se diseñará ese paso elevado, por lo que insistió en que en su momento «se abrirá un período de alegaciones y los ayuntamientos, incluido el de Carcaixent, podrán hacerlas en función de sus intereses, pero posicionarnos ante algo que no está definido, no toca», incidió.