El reciente hallazgo de varios equinos decapitados en un pozo en los alrededores del barrio de l'Alquerieta y de la zona del Torretxó puso el punto de mira en la población gitana. Algunos sectores no dudaron en culparles de lo que denunciaron como un «maltrato continuado de animales». Juan Escudero, que actuó ayer de portavoz del pueblo gitano alcireño en el acto conmemorativo, denunció con dureza este tipo de conductas: «Eso es una barbarie, no tiene otro nombre, pero atacar a todo un colectivo sin pruebas es muy fuerte. Cuando se realice la investigación pertinente, se podrá acusar a una persona con nombres y apellidos que se representa a ella y no a todo el pueblo gitano», explicó. Además, señaló que el colectivo animalista y los gitanos deben ir de la mano en estos casos: «No hay palabras que describan ese acto ni motivos que lo justifiquen. Denunciamos estas crueldades. Hay muchos gitanos que están en contra del maltrato y defienden a los animales, en ellos tienen un aliado para su lucha y para muchas otras».
