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El intento de unir las 3 cooperativas del Marquesat incluye también a Real

«Todavía hay que hablar mucho», afirma el presidente

Vista del almacén de la cooperativa La Realense en una imagen de archivo. | LEVANTE-EMV

Las conversaciones que mantienen las tres cooperativas del Marquesat en busca de un acuerdo de fusión que permita reducir costes y mejorar su competitividad cuentan con un cuarto actor que también había mostrado interés en participar en el proceso y que, pese a los cambios en el consejo rector tras la destitución a finales de marzo de la anterior presidenta, se mantiene expectante. Se trata de la Cooperativa Agrícola La Realense.

El nuevo presidente de la entidad, Miguel Ángel Forés, que asumió el cargo en julio, reconoció ayer a Levante-EMV que la consultora contratada para guiar este proceso ha realizado el estudio financiero de la cooperativa de Real -del mismo modo que ha analizado la situación de las cooperativas de Llombai, Alfarp y Catadau- y, si bien admitió que en la actual coyuntura la viabilidad de una cooperativa pequeña resulta complicada por lo que La Realense mantiene el interés inicial, se mostró cauto sobre el resultado del proceso.

«Nos han hecho el estudio, pero está todo muy verde, se tiene que ir madurando el proceso porque son cosas muy serias que van despacio y todavía hay que mucho de que hablar», comentó Forés.

Las cuatro cooperativas firmaron un acuerdo individualizado con el Centro de Investigación de Gestión de Empresas (CEGEA) de la Universidad Politécnica de València para que analizara por un lado la situación financiera de cada una de ellas -los primeros informes que ha comunicado a los consejos rectores revelan una situación saneada que no supondría ningún obstáculo en este proceso-, pero también el nivel de implantación en sus respectivos términos municipales. El trabajo contempla además una comparativa de los resultados y liquidaciones a los socios en tres productos concretos como son el caqui, la clemenules en el caso de las mandarinas y la navelina, tanto entre las cooperativas implicadas como con otras, estudios que ayudarán a completar la radiografía de la situación antes de que los técnicos del CEGEA formulen una propuesta de viabilidad.

La posibilidad de fusionar las tres cooperativas del Marquesat, que en 2019 ya agruparon sus secciones de suministros a través de una cooperativa de segundo grado, ha estado latente durante los últimos años, aunque las conversaciones mantenidas por los consejos rectores nunca han llegado a concretarse. Después de que durante el verano del año pasada se enfriara un intento similar, las entidades decidieron buscar una consultora externa que guiara el proceso y el Centro de Investigación de Gestión de Empresas ha asumido los estudios que deben sustentar una propuesta de viabilidad. Los presidentes de las cooperativas de Llombai, Alfarp y Catadau asumían días atrás la necesidad de reducir los gastos estructurales y, a la vez, la complejidad de un proceso en el que señalaban el mes de septiembre como clave en la negociación ya que, al parecer, el CEGEA debería presentar este mes los diferentes estudios a los consejos rectores.

El desastre de la fruta de hueso

La Realense tenía previsto celebrar ayer una asamblea de socios, aunque el presidente señaló que no estaba previsto abordar el tema de la fusión sino dar cuenta de la última campaña de fruta de hueso, que no dudó en calificar de «superdesastrosa» en la línea de otras zonas productoras próximas y que, según dijo, también está provocando que se arranquen campos enteros. En el caso de Real, Forés indicó que el volumen de fruta de hueso ya resulta casi anecdótico para la cooperativa.

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