Nadie puede negar que nuestra Gandia está sucia, sus calles están, sencillamente, asquerosas, con perdón por la expresión. Y esto no es algo que diga un servidor, sino que es una cosa que dice todo el mundo, algo que se palpa a pie de calle y que no hay más que salir a dar una vuelta por nuestra ciudad, por sus calles, plazas o parques.

Claro está que los actuales gobernantes lo negarán, faltaría más, dirán que el servicio es el mismo y que nuestras calles están igual que siempre, se rasgarán las vestiduras y, también como siempre, echarán la culpa de la muerte de Manolete al anterior gobierno del Partido Popular. Pero, se pongan como se pongan, las calles están muy sucias y esto sólo no lo ve, quien no lo quiere ver, o quien no sale a pasear por las calles y hablar con los vecinos por la sencilla razón de que están muy calentitos en sus despachos, con aire acondicionado. También pueden echarle la culpa al viento, un fenómeno meteorológico recién inventado y que no se producía cuando gobernaba el PP, pero esto creo que no «colaría».

Además no es solo lo que se ve? también es lo que «se huele». La belleza de plazas y calles de nuestra ciudad queda eclipsada por el fuerte olor a orín que se percibe en numerosos puntos, sobre todo alrededor de contenedores, farolas y papeleras. Por cierto, la falta de limpieza de este orín también hace que se corroan poco a poco los materiales.

Y es que la suciedad nos invade: están repletos de suciedad, los «pipi-can», están los imbornales rebosantes de colillas y hojas secas, las plazas llenas de hojas caídas y bancos cubiertos de excrementos de aves, al igual que sucede en el Passeig de les Germanies, donde a diario observamos que las personas van provistas de periódicos para poder de sentarse.

El actual gobierno de PSOE y Més Gandia ha eliminado un el servicio de recogida de excrementos de animales de compañía. El resultado de esta acción, que sin duda se ha hecho «pensando en las personas», está más que visible en cualquier calle de nuestra ciudad, por la que hay que transitar mirando al suelo evitando las numerosas «minas» que la pueblan.

Por supuesto que los profesionales que trabajan en la limpieza de nuestras calles realizan su labor diariamente y con esmero, eso no lo pongo en duda, pero? ¿entonces qué pasa? ¿De repente todo el mundo ensucia más las calles? ¿De golpe todos tiramos más papeles y más colillas que nunca? ¿La culpa la tiene el aire? ¿Cuando gobernaba el PP no hacia aire?

Algo ha pasado y sigue pasando con el servicio de limpieza, algo que sólo saben los actuales gobernantes y que quizá algún día descubriremos. Pero lo cierto, lo realmente cierto y lamentable, es que Gandia está más sucia que nunca y esto es absolutamente innegable. Salgan a la calle, véanlo ustedes mismos y hablen con los vecinos, igual descubren que aunque no estén en campaña electoral, se puede hablar con los vecinos y comerciantes.