El alcalde de Oliva, David González, ya se ha interesado por el caso y ha mediado con la Generalitat, pero el proceso para que algún familiar diferente a los padres tenga la custodia de la niña está de momento bloqueado a la espera de una decisión judicial.

A pesar de ello, González se reunió con la directora general de la Infancia y la Adolescencia, Rosa Molero, para exponerle el caso y pedirle, sobre todo, que se informe a los familiares del estado de salud de la niña en la medida en que se lo permita el protocolo de las familias de acogida.

Sin embargo, en el caso de Noa no siempre la burocracia y los trámites son tan rápidos como desean los familiares. En un primer momento la madre se registró como soltera, y le dio a Noa sus dos apellidos. Más tarde surgió un impedimento legal para que la abuela materna, María Vicenta, pudiera reclamar la custodia, motivo por el cual la madre recapacitó y decidió reconocer al padre biológico, para lo cual hay que modificar la inscripción de la menor en el Registro Civil de Gandia.

Pero la madre tiene privada temporalmente la patria potestad, así que no es suficiente con que reconozca al padre para darle a la niña su apellido, sino que ahora este tiene que someterse a unas pruebas de paternidad. En ese trámite están los familiares.

Ese procedimiento empezó el 28 de abril y, de aprobarse, abriría la vía para que también los familiares del padre, una vez reconocido legalmente, soliciten la custodia, pero es un procedimiento que no está cerrado y sobre el cual todavía debe resolver el juez.

El alcalde asegura que cuando se cumpla ese reconocimiento de paternidad, los Servicios Sociales municipales no escatimarán esfuerzos para explorar esta opción y emitir los oportunos informes.

Las abuelas, María Vicenta y Julia, agradecen el interés del alcalde, pese a no ser esta una competencia municipal, así como el apoyo y el cariño que están recibiendo de muchos ciudadanos de Oliva, «que se han volcado con nosotras tanto en la calle como a través de las redes sociales».