La Unión Temporal de Empresas (UTE) que estaba ejecutando las obras de urbanización del llamado Sector de Equipamientos Privados de la playa de Gandia, una actuación que afecta a 174.000 metros cuadrados, ha tenido que paralizar las obras.

Dos son los motivos que han llevado a tomar esa decisión, acordada con el ayuntamiento. Por una parte, los técnicos de la UTE han detectado desfases, errores y deficiencias en el proyecto, que se ha venido modificando sucesivamente desde hace doce años, lo que obliga a cambios importantes. Por otra, al ayuntamiento también considera necesario paralizar la obra porque, como publicó este periódico, el presidente de la Diputación de València, Jorge Rodríguez, se ha comprometido a financiar la reconversión de la carretera Natzaret-Oliva, que constituye el límite de la urbanización, en un bulevar que mejore la imagen urbana de la playa acorde con su atractivo.

Fue el pasado mes de enero cuando la UTE formada por Asfaltos y Construcciones Elsa, Constructor, Cadersa y Cyca inició las obras de urbanización del sector, enmarcado entre la carretera Natzaret-Oliva, la rotonda de la calle Illes Canàries, el camino Assagador de Morant y la acequia de l'Auir. En medio de ese espacio está el Club de Tenis.

Entonces ya se comentó que ponerse a trabajar en un proyecto urbanístico valorado en 8,5 millones de euros suponía un desafío a la crisis de la construcción que se acometía por el interés en abrir negocios en la playa de Gandia, expresado por algunas empresas.

También se dijo que la evolución de las obras dependía mucho de la «complejidad» del proyecto, recurrido judicialmente por algunos propietarios. Al final, esa complejidad se ha manifestado en forma de problemas.

En el campo judicial el ayuntamiento ha ganado las últimas sentencias y, por lo tanto, la urbanización podría continuar, pero los defectos encontrados y, sobre todo, el proyecto del bulevar anunciado por la diputación obligan a parar para modificar su diseño.

Entre otros aspectos, ahora el ayuntamiento quiere ampliar las zonas verdes y redistribuir las áreas para aparcamiento, habida cuenta que el bulevar que la diputación ejecutará convertirá la carretera en una vía urbana y ya no será necesario que disponga de carriles de servicio. En definitiva, que el bulevar y su linde con la nueva urbanización constituyan un nuevo espacio urbano más llamado al uso ciudadano que a la función de carretera.

El consistorio todavía no sabe qué repercusiones económicas tendrá esta modificación del proyecto y cuándo se podrán retomar las obras, pero lo que queda claro es que la zona no estará terminada en esta legislatura, como era el deseo de todos.