En la comarca de la Safor, también Xeraco y Miramar empezaron a aplicar en su día medidas para evitar que los folletos publicitarios acaben por los suelos ensuciando la vía pública, lo que supone un esfuerzo mayor para el servicio de limpieza, que se veía obligado a recoger estos papeles muchas veces ignorados por parte de los vecinos.

En el municipio xeraquero, en 2012, bajo el mandato del PP del alcalde Avelino Mascarell, se aprobó una ordenanza que regulaba una propuesta para que el reparto solo se pueda llevar a cabo en aquellos lugares autorizados y siempre con un permiso municipal. Se trata de una medida que pretendía hacer más eficientes los recursos municipales, en este caso el servicio de limpieza.

La medida también incluye la prohibición de pegar carteles en todo el municipio, así como de dejar publicidad en las persianas, en los limpiaparabrisas de los coches o en otros lugares que no estén autorizados. En esta localidad, como en otras, muchos edificios ya cuentan con una cesta que está habilitada para que las empresas puedan dejar allí sus folletos publicitarios. Ese, de hecho, es uno de los espacios autorizados, también los buzones privados, pero siempre que haya la pertinente autorización.

En Miramar, el reparto está permitido todos los días de la semana pero siempre que se utilicen los espacios habilitados para ello y con la prohibición expresa de instalarlos en las lunas de los coches o fuera de los buzones y portales.

Lo cierto es que resulta ciertamente chocante encontrarse con una vivienda en la que no viven y donde acumulan decenas de papeles enganchados a la persiana.