Una cosa son los estudios y los informes, y otra es la evidencia de la realidad. En el caso del sistema contra inundaciones ejecutado al sur del casco urbano de Oliva está demostrado que no funciona como se diseñó sin la presa de laminación que ha quedado pendiente en la rambla de la Gallinera.

Fue en diciembre del año pasado cuando las lluvias de más de 600 litros por metro cuadrado caídas en un periodo de tres días en la cuenca alta de la Gallinera motivó que el caudal se desbordara en su tramo final. Entonces se tuvo que habilitar un dispositivo de rescate de unas cuantas familias, para lo cual se requirieron lanchas neumáticas.

De haber estado construida la presa prevista entre Oliva y l'Atzúbia, el dique habría retenido la gran avenida de agua y laminando el drenaje hacia el mar, de manera que no habría desbordado el cauce.