Jesús Viera, un agente que pertenece al destacamento de Tráfico del cuartel de la Guardia Civil de Gandia recibió, la tarde del pasado lunes y de manos del presidente del Consell, Ximo Puig, la más alta distinción de la Generalitat como víctima de ETA.

Viera, que lleva en la capital de la comarca de la Safor desde 2006, resultó herido en un atentado que la banda terrorista perpetró contra la Dirección General de la Guardia Civil, en Madrid, en el año 1988. En ese acto falleció un niño de dos años, al que el propio Viera auxilió tras la explosión, y un trabajador de Radio Televisión Española de 37 años. «Estábamos a 25 metros del lugar exacto donde pusieron la bomba, venían a por nosotros», señalaba ayer a este periódico.

El artefacto que estalló, recordaba, estaba cargado con 100 kilos de amonal, y le causó diversas heridas de las que se recuperó bien. El niño fallecido viajaba con sus padres cuando hizo explosión la bomba situada junto a la caseta del guarda de la entrada del edificio.

El acto de reconocimiento tuvo lugar en el Palau de la Generalitat con la presencia de la consellera de Justicia, Gabriela Bravo, y en él se entregó la medalla a seis agentes de la Policía Nacional y a él como el único Guardia Civil que la recibía.

Viera ya fue condecorado en 2015 con la insignia de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las víctimas de terrorismo en un acto presidido por el Rey Felipe VI, también con la medalla de Oro de Protección Civil y la placa de reconocimiento de la Comunidad de Aragón por su trayectoria profesional; y con la Gran Cruz de Caballero de Santiago por su trabajo en defensa de los derechos de las víctimas y familiares de terrorismo.