en la mañana del pasado sábado se procedió a la bendición de la cruz de la Llacuna, que el ayuntamiento recientemente ha remodelado. A pie, en coche o en bicicleta, un nutrido grupo de personas de Villalonga subió hasta la zona precisamente denominado «de la creueta» de la Llacuna, a unos 500 metros de altitud sobre el nivel del mar, donde el cura párroco de Villalonga, Vicent Maria Sarrió, procedió a la bendición de la cruz y, al mismo tiempo, del término municipal por sus cuatro puntos cardinales. Después y delante de la explanada de la Ermita de Sant Vicent Ferrer, en el Pla de la Llacuna, tuvo lugar un almuerzo popular. En la imagen, los participantes. J. A. Roselló