Es 24 de junio, festividad de Sant Joan, patrón de Palmera. Por la noche una discomóvil ameniza el programa de actos, fundamentalmente dirigida a jóvenes. De madrugada se suceden peleas entre varios grupos «por todas partes», relata un testigo, que obligan a suspender la música. Varias personas sufren lesiones.

Al día siguiente, sábado 25 de junio, en un descampado de Palma de Gandia otra discomóvil que arranca sobre la medianoche. No pasa ni una hora que se suspende la música porque detectan agresiones muy violentas entre grupos de jóvenes. El resultado da escalofrío. Al menos dos atendidos por personal sanitario y otros varios con lesiones menores. Regueros de sangre por algunas calles cercanas al lugar donde estaba la discomóvil.

Viernes de la semana pasada, fiestas patronales de l’Alqueria de la Comtessa con anuncio de discomóvil que arrancaba a las 2 de la madrugada. Horas antes ya se producen incidentes. Jóvenes queman un contenedor, cuyas llamas afectan también a un vehículo estacionado al lado, y tres cuartos de hora después de que se iniciara el «baile» de la discomóvil, se suspende por la misma causa. Discusiones que derivan en agresiones sin un motivo aparente.

Un suceso anterior ocurrió en mayo en Piles, también durante las fiestas patronales e igualmente en una discomóvil. Un joven, sin que se sepa el motivo, recibe el pinchazo de un objeto penetrante en la espalda producido por otra persona a la que, según señalan, ni siquiera conoce. El herido requiere atención médica.

Todos estos acontecimientos, en el periodo de poco más de un mes, no parece que surjan sin una mínima «organización» y eso es lo que, según ha podido saber este periódico, ahora mismo está indagando la Guardia Civil. Agentes adscritos a unidades de investigación de grupos organizados buscan indicios porque todo apunta a que al menos algunos de los participantes en estos alborotos y agresiones se citan a través de redes sociales, de manera que el «jaleo» sería algo premeditado y preparado. También se intenta averiguar si detrás de estos hechos violentos, que han llegado a asustar a los vecinos de algunos de los municipios donde se han producido, tienen relación con redes de venta de droga.

En esa investigación de la Guardia Civil ya se ha requerido el testimonio tanto de personas que estuvieron en las discomóviles como de agentes de las correspondientes policías locales y autoridades de los ayuntamientos, de manera que la Benemérita ha considerado el asunto lo suficientemente grave como para que se aclare y, en su caso, los responsables respondan ante la justicia.

Buscan municipios pequeños

En este largo y feo relato hay ayuntamientos que, conocedores ya de lo ocurrido en otros municipios, solicitaron refuerzos de seguridad a la Delegación del Gobierno de España en la Comunitat Valenciana, lo que evidencia que ya existía la sensación de que, vistos los antecedentes, algo podía ocurrir en la fiesta.

Fuentes consultadas indican que hay indicios de que existe conexión entre las personas que acuden para, o bien agredir sin motivo aparente a los participantes o bien pelearse con otros grupos que también buscan peleas.

Los que se convocan de esta manera optan por municipios pequeños, donde hay menos presencia policial que en las ciudades, de manera que es más fácil zafarse. Pero últimamente también se ha detectado un mayor nivel de hostilidad, e incluso violencia, ejercida contra agentes de la autoridad que acuden a la llamada cuando se suceden estos hechos.