Era un problema que hasta hace poco tiempo se quedaba en la intimidad del dormitorio. Pero los roles cambian y la mujer ha tomado la delantera en el de poner sobre la mesa sus problemas sexuales. «Antes eran ellos los que consultaban más al médico, pero ahora son las mujeres las que preguntan más, sobre todo al ginecólogo», señala Francisca Molero, directora del Instituto de Sexología de Barcelona.

Molero participó recientemente en una mesa redonda sobre disfunciones sexuales en el varón y en la mujer en el marco del XXIX Congreso Nacional de Estudiantes de Medicina, organizado por la Universidad Miguel Hernández. Aunque menos difundidos que los masculinos, en la cama ellas sufren sus problemas. El más frecuente, «la falta de deseo», un trastorno «que suele ser secundario a otras patologías». Lejos de mitos, eso de las pocas ganas no tienen edad. «Afecta tanto a jóvenes como a mujeres mayores», asegura Molero. Aunque de forma indirecta, la crisis también está haciendo estragos entre las sábanas. «Ninguna mujer nos consulta porque los problemas económicos les estén perjudicando en el apartado sexual». Pero la mayor parte de los medicamentos que se consumen para la ansiedad y la depresión «son inhibidores del deseo».

Casi igual de frecuente es el vaginismo. Se trata «de la imposibilidad de tener relaciones coitales porque los músculos de la zona vaginal se contraen de forma involuntaria provocando dolor» y afecta sobre todo a chicas jóvenes. «Este trastorno no impide que tengan relaciones placenteras con su pareja, a través del sexo oral, de las caricias...». De hecho «pueden pasar muchos años hasta que la pareja decide pedir ayuda, normalmente cuando se van a vivir juntos o quieren tener un hijo». Molero relaciona este trastorno sexual con el cambio de rol de la mujer. «Antes eran los hombres quienes llevaban la iniciativa sexual y, aunque les doliera, ellas callaban. Ahora la mujer tiene una personalidad más fuerte y es quien se encarga de conducir las relaciones en muchos casos».

La experiencia, un mito

En esto de la sexualidad la experiencia no supone un grado y el hecho de que cada vez las relaciones comiencen a edades más tempranas no garantiza el buen sexo. «En nuestro centro atendemos a muchas chicas jóvenes que no son capaces de llegar al orgasmo». Y es que, para la doctora Molero las mujeres tienen en la masturbación su gran asignatura pendiente. «La anorgasmia se produce por no conocer su propia anatomía y es que las chicas comienzan a ser sexuales cuando tienen pareja y esperan que ésta sepa qué hacer en todo momento». Por eso, «antes de aprender en pareja hay que aprender sola, rompiendo las barreras mentales». Al fin y al cabo «en ellos, la masturbación se ve como algo natural».

Lo que sí es evidente «es el gran desconocimiento que todavía hay sobre los problemas sexuales de la mujer». Hasta 2005, «se pensaba que en el terreno sexual hombres y mujeres éramos muy parecidos». A partir de ese año, añade Molero, «los expertos se plantean otro modelo que apunta a que la respuesta sexual femenina es más compleja que la masculina y no tiene por qué empezar con el deseo».