Con todo dispuesto para acoger el nacimiento del segundo hijo de la duquesa de Cambridge, el hospital Saint Mary de Londres se ha visto obligado a cerrar varias salas por culpa de una infección bacteriana. El incidente no modifica los planes de Kate Middleton „la maternidad, la sala Lindo, está aislada del resto de las instalaciones„ pero los problemas parecen perseguir sus gestaciones.

El primer embarazo disparó el entusiasmo de los británicos monárquicos pero para Catalina fue muy duro. Sufrió hiperémesis gravídica, las habituales molestias de las gestantes, náuseas y vómitos, pero multiplicados, hasta el punto de tener que guardar reposo y permanecer hospitalizada. Por si fuera poco, a finales de 2012, cuando estaba ingresada en el hospital Rey Eduardo VII, la institución privada en la que suelen ser atendidos los miembros de la familia real británica. Jacintha Saldanha, una enfermera, atendió la llamada de dos locutores de radio que se hicieron pasar por la reina Isabel II y el príncipe Carlos, interesándose por el estado de Catalina. Poco después de que trascendiera el engaño, la enfermera apareció muerta en su domicilio.

Un portavoz del palacio de St. James, en nombre de los duques de Cambridge, reaccionó con estupor ante la noticia: «En ningún momento hubo una queja oficial del palacio al hospital por lo ocurrido. Antes al contrario, nosotros ofrecimos nuestro total apoyo al personal del hospital y a las enfermeras en todo momento».

Finalmente, el 22 de julio de 2013, llegaba al mundo el príncipe George en el hospital St Mary en Paddington (Londres), el mismo donde nacieron los hijos de la princesa Diana.

El segundo embarazo, que se hizo público el pasado septiembre de 2014, ha sido mejor que el anterior pero la esposa del príncipe Guillermo no se libró de la hiperémesis gravídica y tuvo que tomarse una «baja» durante los primeros meses. Ya recuperada, volvió a aparecer en actos públicos.

Cuando el parto de su segundo hijo (el sexo aún se desconoce) parecía inminente se registraba una infección de enterobacterias productoras de carbapenemasas, según reveló el Daily Mirror en el hospital donde tiene previsto volver a dar a luz.

Además, el parto parece retrasarse. El palacio de Kensington, que se ocupa de la comunicación de la pareja real, no confirmó ninguna fecha exacta pero, por los datos ofrecidos tanto por la propia madre como por la casa real británica, se calculaba entre mediados y finales de mes. Parece claro que la duquesa de Cambridge salió de cuentas la semana pasada. Ya se especula en el Reino Unido con que si el bebé real no llega ya habrá que inducir el parto para no correr riesgos y, si no funciona, optar por una cesárea.

Mientras tanto, la familia Windsor continúa haciendo vida normal. Los duques de Cambridge llevan días instalados en el palacio de Kensington, su residencia oficial en Londres, a tan solo unos minutos en coche del hospital St. Mary's. El pasado fin de semana, el príncipe George „que cumplirá dos años en julio„fue visto de paseo junto a su niñera, la española María Borrallo. Y el propio príncipe Guillermo, que ya se había acogido a su derecho a baja por paternidad, acudió a un acto oficial, el homenaje a los caídos en el desembarco de Galípoli durante la Primera Guerra Mundial, junto a su abuela la reina Isabel II.