A Emmanuel, el niño de 13 años que el pasado viernes desapareció en Calp cuando iba en bicicleta hasta la farmacia de su familia de acogida, se lo ha tragado la tierra. "No hay ningún rastro", lamentó anoche José Pol Yanguas, quien recalcó que a medida que pasan las horas crece su preocupación y la de su compañera, Valentina Mert, que es la tutora legal del menor en España desde hace dos años. "La Guardia Civil y la Policía Local han peinado Calp de arriba a abajo y no han encontrado nada", dijo Pol, que apuntó que la búsqueda ya se ha ampliado a toda España y a Alemania.

"En Calp seguro que no está", aseguró también ayer Valentina Mert. La tutora de Emmanuel, que lleva tres años en España -dos con su actual familia- en un programa de reeducación de menores con trastornos de conducta, indicó que el sábado, 24 horas después de su desaparición, informó a la organización Profile, que es la que gestiona este programa, de que estaban buscando al chico. También explicó que Emmanuel tiene un hermano mayor, de entre 16 y 17 años, también con una familia de acogida en Ronda (Andalucía). "Pero desde hace dos años apenas mantenían contacto y ahora Emmanuel tampoco ha intentado contactar con él". Mert también indicó que este niño de 13 años sabía que tenía un tío en la Comunitat Valenciana, pero no tenía ni idea de en qué población podía estar viviendo.

El niño, al menos hasta ayer, tampoco intentó contactar con sus padres biológicos, quienes residen en Alemania, pero han perdido la custodia legal del menor. El juez incluso prohibió el contrato de sus progenitores con este niño.

"Nosotros queremos pensar que Emmanuel se ha marchado, pero nos extraña mucho que no nos lo haya comunicado". "Él es un niño muy hablador y, cómo es muy alto, aparenta 16 años, pero tiene 13 y es miedoso. Estamos muy preocupados", insiste Valentina.

Compañeros de acogida

Esta familia de Calp ha tenido ya a otros ocho niños en acogida. Emmanuel convivió con otro joven y hasta hace una semana con una niña también alemana de 15 años. Pero su tutora no cree que el menor se haya sentido solo al marcharse su compañera de acogida. "No hemos notado nada raro. Emmanuel se comportaba como siempre. Él nunca quería salir mucho. A veces daba una vuelta con sus amigos del fútbol, pero nada más".