Un ex concejal de IU, Daniel C., de 55 años, que trabajaba como jornalero y llevaba 18 años apartado de la política, se suicidó ayer de un tiro en la cabeza, horas después de quedar en libertad con cargos por haber mantenido relaciones sexuales con una menor de 14 años a la que prostituía un grupo de rumanos.

La dramática historia había comenzado en septiembre, cuando la niña, de una familia muy acomodada de Madrid que reside en la exclusiva calle de Serrano, se fue de casa tras enamorarse de un chico rumano de 22 años.

La menor escapó para seguir a su «novio» hasta un pequeño municipio de Badajoz llamado Arroyo de San Serván. Al llegar allí, el sueño de la adolescente se derrumbó de golpe: fue encerrada junto a una treintena de rumanos más en una vieja casa semiabandonada y obligada a prostituirse con los hombres del pueblo que quisieran pagar los 30 euros que sus captores cobraban por cada uno de sus encuentros sexuales.

La menor incluso salía de la casa para hacer la compra y otros recados que le encomendaran, pero nunca reveló a nadie quién era, ni pidió ayuda, hasta que un policía local jubilado entró y la liberó, después de que alguien le confiase la verdadera identidad de la chica.

Luego, la entregó a la Guardia Civil, que la trasladó al hospital más próximo para recibir atención sanitaria. En las horas siguientes, fueron detenidos el novio y seis compatriotas más por el secuestro y la explotación sexual, y cinco españoles, vecinos del pueblo, por acostarse con la niña. Uno de ellos, Daniel C., se quitó la vida de un tiro de escopeta tras descubrirse lo que hizo.