La desolación en la Entidad Local Menor (ELM) de El Mareny de Barraquetes (Sueca) era total en la tarde del domingo. La noticia del fallecimiento de un niño de 6 años de edad, conmovió a los vecinos. Nico, como era conocido en la población, jugaba en la terraza conjunta de la casa de sus abuelos y la de sus padres cuando se vino abajo la chimenea tragahumos de la cocina. Los cascotes lo atraparon de lleno. Junto a él, un primo de unos 3 años, resultó ileso.

El fuerte estruendo provocado por el derrumbamiento, producido sobre las 14:30 horas, provocó que la hermana, de unos 13 años, acudiera de inmediato a la terraza y fuera la primera persona en presenciar la dramática situación. La siguieron los abuelos y otros familiares que se encontraban comiendo en el piso de abajo. La menor necesitó de atención psicológica.

Los padres fueron avisados de la desgracia y se desplazaron desde la cercana playa de Les Palmeres donde se encontraban trabajando en la pizzería que regentan.

Hasta el número 3 de la calle del Pou se movilizó una unidad del SAMU, cuyos especialistas nada pudieron hacer por el pequeño. Personada en la casa la magistrado-juez de guardia de Sueca ordenó el levantamiento del cadáver.

El cuerpo sin vida de Nico fue trasladado a las 17:30 de la tarde al Instituto de Medicina Legal de Valencia donde se le practicará la autopsia. Los alcaldes de Sueca y de El Mareny, Salvador Campillo y Jordi Sanjaime, se desplazaron hasta el lugar del accidente nada más tener constancia de lo acontecido.

Terraza reformada hace 3 años

La terraza en la cual se derrumbó la chimenea es un amplio espacio que conecta los domicilios de los padres y de los abuelos. También dispone de una barbacoa. Se reformó hace unos tres años tras sufrir un incendio.

Hasta la vivienda también acudieron los bomberos, Policía Local, Guardia Civil y la Policía Judicial que instruye la correspondiente investigación.

Las caras de consternación de los vecinos que se acercaron en las inmediaciones de la casa del pequeño eran el denominador común. Ninguno atinaba a explicar las circunstancias por las cuales se pudo derrumbar la chimenea, de aproximadamente unos tres metros de altura.

«En ese momento no soplaba viento», coincidían a señalar. «La terraza es un lugar seguro y no hay ningún elemento que pueda dañar a los niños», afirmaba una vecina cuando explicaba que era una superficie al aire libre donde habitualmente jugaban los pequeños para evitar los coches que circulan por la calle y otros peligros potenciales.

Nico estudiaba en el colegio público de la Entidad Local Menor donde cursaba primero de Primaria. Para las 8:30 horas de la mañana de hoy lunes estaba convocada una reunión extraordinaria y urgente del consejo escolar municipal.