La Policía Nacional detuvo en Valencia a siete personas implicadas presuntamente en una organización que realizaba estafas ofertando trabajo por Internet. Esta trama engañó a nada menos que 1.000 personas en toda España, de las que obtuvieron medio millón de euros.

En todo el Estado hay 29 detenidos, entre ellos los tres cabecillas en Palma Mallorca y seis imputados. La organización se aprovechaba de la desesperación de la gente por hacerse con un empleo estable y la forma de actuar era bien sencilla.

Los implicados se hacían pasar por importantes empresas y sólo requerían "tener buenas relaciones con tu banco". Asimismo, pedían una copia digital de DNI de los interesados y sus datos bancarios, alegando que eran necesarios para formalizar el contrato y abonar los honorarios del periodo de prueba.

Con estos datos la trama podía cargar recibos de entre 50 y 500 euros a las cuentas de las víctimas; o usaban las cuentas bancarias para contratar líneas telefónicas o servicios de acceso a Internet.

Empleo para "amas de casa"

Una de las falsas ofertas de trabajo estaba dirigida a "amas de casa y desempleados", para "realizar unas gestiones". Se trataba de 49 vacante con una remuneración de 1.000 euros al mes. Para encubrir la estafa además el anunciante decía: "No preciso ni de gente que me venda nada, ni de inversores, ni personajes. Preciso unicamente de una persona normal, como yo, que únicamente quiera ganar un dinero de forma rápida, sin riesgo ninguno y sin cosas extrañas que se leen por Internet".

La trama solicitaba los documentos personales citados a las personas interesadas que preguntaban por correo electrónico. Una vez obtenido el DNI y la cuenta bancaria, enviaban otro mensaje en el que se les decía que por diferentes motivos no se les podía contratar y se les aseguraba que sus datos personales iban a ser borrados. En otros casos las víctimas no recibían contestación alguna. Obviamente esos datos no eran eliminados.

Asimismo, los detenidos publicaban en Internet otros anuncios para puestos de comercial, agente financiero o gestor de cobros. Los interesados tenían que operar con una cuenta bancaria usada para recibir los ingresos provenientes de las cuentas de las víctimas. Para justificar la creación de las "cuentas puente" los presuntos estafadores facilitaban a los contratados documentación justificativa de los cobros, cartera de clientes y la actividad empresarial. Una vez ingresado el dinero, como parte del trabajo debían retirar el efectivo y hacerlo legar a la trama mediante giro postal o transferencia.

La operación se inició en septiembre del año pasado cuando se detectaron numerosas denuncias similares. La investigación llevó hasta los detenidos, y los tres cabecillas, un español, un colombiano y una ecuatoriana en Palma de Mallorca