La policía nacional investiga la muerte de un hombre de 39 años, Mario Miralles Tormo, cuyo cadáver fue encontrado en el piso de Ontinyent en el que vivía de alquiler, encima de su cama, con las manos atadas a la espalda y una bolsa en la cabeza que, casi con toda seguridad, fue utilizada para causarle la muerte por asfixia. La casa estaba muy revuelta y con señales de que alguien había estado rebuscando en cajones y armarios, por lo que una de las principales líneas de investigación es el robo. La muerte pudo producirse hace unas dos semanas.

El cuerpo sin vida fue encontrado sobre las 12.20 horas de ayer por el dueño de la vivienda, situada en el número 59 de la avenida d'Almaig de Ontinyent, después de que los vecinos de Mario, que era natural de Albaida y trabajaba en Bocairent, alertaran al propietario de la vivienda por la falta de respuesta a sus llamadas, unida al hedor que procedía del interior de la casa.

Temiéndose lo peor, el hombre cogió una copia de las llaves del piso y llamó a la Policía Local de Ontinyent para que lo acompañara. Cuando entraron en el domicilio, encontraron el cadáver de Mario sobre la cama, con signos evidentes de una muerte violenta, por lo que los agentes municipales aseguraron las posibles pruebas y alertaron de inmediato al Cuerpo Nacional de Policía.

Agentes de la comisaría de la policía nacional acudieron a la vivienda y confirmaron que se trataba de una muerte violenta, así que pidieron la intervención del grupo de Homicidios de Valencia, además de dar cuenta al juzgado de guardia de Ontinyent y al forense.

Los investigadores centraron ayer sus esfuerzos en tratar de reconstruir las últimas horas de Mario, para lo cual ya han iniciado gestiones a partir del teléfono móvil de la víctima.

Además, rastrearon las cámaras del entorno del edificio en busca de posibles imágenes de los sospechosos y se entrevistaron con los vecinos y allegados de Mario.

Fallecido hace dos semanas

En principio, y a la espera de los resultados que se obtengan a partir de la autopsia, el forense que examinó el cuerpo en el lugar donde fue encontrado ha estimado en aproximadamente dos semanas el tiempo transcurrido desde que se produjo el fallecimiento, a tenor del grado de putrefacción.

Un equipo de la Policía Científica buscó huellas en la bolsa que cubría la cabeza del cadáver, así como en las superficies lisas que pudieran haber servido para que quedasen impresas las huellas del implicado o los implicados en la muerte de Mario.

Tras varias horas de minucioso examen, el juez ordenó el levantamiento del cuerpo y su traslado al Instituto de Medicina Legal de Valencia, donde hoy se practicará la autopsia para confirmar la hipótesis inicial de la causa de la muerte: asfixia, producida con la bolsa atada en torno al cuello de la víctima. Además, se pedirán pruebas toxicológicas y químicas, como es habitual en las muertes violentas, para conocer qué había ingerido.

Aunque aún es pronto para seguir una única vía de investigación, la Policía Nacional está tratando de averiguar si Mario guardaba una cierta suma de dinero en su casa y si se citó con alguien que conocía de antemano esa información.

Vinculado a la empresa cerrajera de su hermano

Mario era uno de los cuatro hijos de un matrimonio de Albaida muy conocido y durante un tiempo había estado vinculado a la fábrica de herrajes y material de cerrajería de su hermano Jordi, que había realizado trabajos para el Ayuntamiento de Albaida. Sin embargo, desde hacía un tiempo trabajaba en Bocairent y había trasladado su domicilio a Ontinyent, donde había alquilado un piso en la avenida de l'Almaig. Mario pagaba puntualmente cada día 3 de mes, por lo que el retraso de 8 días en el cumplimiento de ese deber había generado extrañeza en el arrendador. r.t./i.c. ontinyent/valencia