Oumar Fofana, el hombre acusado de matar a cuchilladas a su mujer en Paiporta el día 9 de octubre de 2013 delante del hijo de ambos (de tan solo once años de edad), reconoció ayer su crimen por primera vez desde que fue arrestado. Después de varios interrogatorios en los que siempre había negado los hechos o simplemente se había negado a declarar, el acusado eligió el día del juicio ante un Jurado Popular para derrumbarse y mostrar un arrepentimiento tardío.

Tras unos sollozos más propios del que busca ablandar a los miembros del Jurado, el acusado dio unas explicaciones un tanto confusas de los motivos por los que acabó con la vida de su esposa, María Ángeles Alonso, tras destrozarle una silla de madera en la cabeza y asestarle hasta 35 cuchilladas, once de ellas en la zona del cuello. «Yo veía que el niño estaba sufriendo y no quería que sufriera», alegó Oumar sobre unas supuestas discusiones que, según él, solían mantener la fallecida y su hijo, tratando de justificar lo injustificable.

Además, negó que supiera que su mujer quisiera poner fin a su relación e incluso relató un ficticio matrimonio perfecto que únicamente se veía afectado por los «problemas económicos». «Jamás he discutido con ella en los doce años que llevábamos juntos», mintió descaradamente teniendo en cuenta que la propia víctima ya presentó una denuncia contra éste por malos tratos en abril de 2009. Denuncia que por desgracia quedó archivada y no conllevó medida de protección alguna, como ya informó este periódico.

El Ministerio Fiscal solicitaba para el acusado una pena de 17 años y seis meses de prisión por un delito de asesinato con el agravante de parentesco, como ya adelantó Levante-EMV en su momento. Asimismo, tras su confesión de ayer la acusación particular y la acusación popular, ejercida por la Generalitat, así como la propia defensa del acusado se adhirieron al relato de hechos y la petición realizada por la Fiscalía.

«Ahora te vas a quedar con tu tía»

Los hechos ocurrieron en la mañana del 9 de octubre de 2013 en el domicilio familiar, situado en Paiporta. Según la versión del fiscal, el motivo real de la discusión que dio pie al crimen fue que María Ángeles quería pasar el día festivo con el niño y sus hermanas y el acusado se negaba a ello. «El niño no quería ir a comer con sus tías», seguía manifestando en el juicio Oumar como si el tiempo no hubiera transcurrido y fuera más importante para él este pequeño detalle que el brutal crimen que cometió.

«En un momento dado, el acusado, guiado por el ánimo de acabar con su vida, cogió una silla de madera de la cocina del domicilio, procediendo a golpear fuertemente con ella en la cabeza de su esposa», explica el fiscal en su escrito. Dada la fuerza utilizada por el agresor, el golpe le produjo a su víctima una fractura de la base craneal y la silla quedó rota en varios pedazos. De hecho, los médicos forenses apuntaron ayer durante el juicio que en el cabello de la víctimas se hallaron trocitos de madera.

Tras dejar a su víctima prácticamente inconsciente y sin posibilidad alguna de defensa, como refleja el hecho de que no presentara apenas lesiones defensivas en los brazos, Oumar cogió un cuchillo de cocina de grandes dimensiones y le asestó hasta 35 cuchilladas en presencia de su hijo. «Ahora sí que te vas a quedar con tu tía, tanto que te quieres quedar con ella», le decía al pequeño mientras acuchillaba a su madre.

Los miembros del Jurado se reunieron ayer por la tarde para deliberar y acordaron por unanimidad la culpabilidad del acusado de un delito de asesinato.