Gregorio Javier G. M., de 40 años, uno de los seis policías nacionales encarcelados en Murcia desde el año pasado -entraron en prisión el 8 de octubre- por su implicación con la muerte de un hombre, falleció ayer en un hospital de Madrid.

Al parecer, el agente no se encontraba bien desde el pasado domingo, por lo que tuvo que ser trasladado desde la prisión de alta seguridad de Estremera, Madrid, al centro hospitalario debido a que su estado de salud empeoró. No obstante, pese a que en el hospital recibió cuidados sanitarios nada pudieron hacer por salvarle la vida.

Las fuentes citadas señalaron que se ha abierto una investigación para tratar de conocer cuáles fueron las causas de la muerte, sin descartar ninguna posibilidad.

El cuerpo del agente se encuentra en el Instituto Anatómico Forense de Madrid. Ayer se le practicó la autopsia para conocer de forma veraz las causas del fallecimiento. La noticia corrió por las redes sociales, que no tardaron en sacar a la luz textos en los que amigos del fallecido criticaron la asistencia sanitaria recibida por el policía nacional en prisión. De hecho, uno de esos comentarios afirmaba que «no recibió la asistencia debida en la prisión y cuando la situación se agravó y lo llevaron al hospital ya nada pudieron hacer por él».