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Tribunales

El principal acusado del crimen homófobo de Gandia confiesa que lo mató y lo descuartizó solo

Aivaras F. niega que le provoquen rechazo los homosexuales pero «no pudo controlarse cuando su víctima le tocó sus partes»

El principal acusado del crimen homófobo de Gandia confiesa que lo mató y lo descuartizó solo

La efusividad de su víctima al tocarle «sus partes» le hizo reaccionar así. «No pude controlarme», alegó ayer ante el jurado popular el principal acusado del asesinato y descuartizamiento de Javier Abil Orpegui, ocurrido en mayo de 2014 en Gandia. Esa supuesta reacción espontánea que manifestó haber tenido no concuerda con los hechos ocurridos ese día, cuando el presunto autor material del crimen se fue hasta la cocina a coger un cuchillo -no lo tenía a mano- y le asestó a su víctima hasta trece cuchilladas, una de ellas tan brutal que la cuchilla se le quedó incrustada en el cráneo. De hecho la fiscalía, que solicita veinte años de prisión para él, sostiene que su intención era «causarle la muerte por su aversión hacia la orientación sexual del fallecido», como ya informó ayer este periódico.

Aivaras F., de nacionalidad lituana al igual que los otros tres acusados por su implicación en la muerte y posterior ocultación del cadáver de este vecino de Gandia de 44 años, confesó durante su declaración haber matado y descuartizado solo a su víctima, asumiendo así la autoría y exculpando al resto de implicados del delito de asesinato - no así del de encubrimiento-. Según su versión, los otros dos acusados que se encontraban en la casa de uno de ellos, a la que habían llevado a Javier para seguir de fiesta, no presenciaron el crimen. Uno de ellos estaba durmiendo y el otro había ido al baño.

Vaclovas J., para el que el Ministerio Fiscal también solicita 19 años de cárcel al considerarlo coautor del delito de asesinato, insistió en su declaración en este aspecto. Mediante una intérprete, al igual que el otro acusado, alegó que no vio en ningún momento cómo Aivaras acuchillaba a su víctima y que cuando salió del cuarto de baño ya vio al fallecido tendido en el suelo y a su compañero con cara de asustado. No obstante, en su primera declaración tras ser arrestado sí que relató a los agentes de la Guardia Civil haber estado presente en el crimen.

Asimismo, Aivaras confesó también con sangre fría cómo se fue a comprar unas bolsas y un cuchillo, con el que posteriormente descuartizó el cuerpo sin vida de Javier. Vaclovas alegó que se encerró en el baño para no ver cómo troceaba el cadáver y que solo le ayudó a meter el tronco en una bolsa. Después llamaron al cuarto acusado para decirle que tenía «carne de cerdo en mal estado» y que quería deshacerse de ella. Dicho acusado negó saber que se trataba de un cadáver.

«Tengo conocidos homosexuales»

Respecto al móvil del asesinato, Aivaras negó que le provoquen rechazo los homosexuales, y que tiene algunos conocidos. «Hasta el día de hoy pienso que ha sido un mal sueño, pero no puedo volver atrás para cambiar lo que pasó», manifestó para finalizar su declaración. Supuesto arrepentimiento que contrasta con la sonrisa antes de ser conducido de nuevo a prisión tras la primera sesión del juicio, o con la fotografía que colgó en Facebook junto a otro de los acusados en el gimnasio del centro penitenciario.

La acusación particular sostiene que los tres amigos tenían la intención de darle un escarmiento al fallecido por su condición de homosexual cuando lo llevaron a la vivienda de Gandia de uno de ellos. De hecho, Vaclovas reconoció que cuando iban de camino en el coche vio cómo Javier le tocaba en la pierna a Aivaras, y éste no reaccionó de forma violenta, aunque entendió que era un «gesto amistoso».

De hecho, uno de los investigadores que declaró también ayer explicó que uno de los acusados les confesó que cuando iban con la víctima de camino al domicilio de uno de ellos, el conductor se giró, después de que le tocara sus partes, y le dijo a sus compatriotas en lituano: «Vamos a casa que le vamos a dar una paliza».

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