El Real Club Náutico de Valencia denuncia que desde hace meses lleva sufriendo una oleada de robos en las embarcaciones. Según apunta Rafa Lambies, comodoro del RCNV, no se trata de pequeño hurtos puntuales, sino operaciones «a un nivel profesional que no está al alcance de todos». Además de pantallas de radar, sondas, pilotos y displays, está desapareciendo el cableado y también elementos periféricos como son el brazo y la central hidráulica del piloto automático, las antenas de radar o de GPS, según Lambies. Unos elementos, apuntan desde el Club Náutico, «que no se arrancan o se rompen, sino que son desmontados cuidadosamente». Según las mismas fuentes, las investigaciones policiales están muy avanzadas, por lo que desde el club náutico se espera «poder identificar al ladrón o ladrones lo antes posible».

Lambies explica a los socios, en un comunicado, que hace ya más de un año, «se decidió reforzar la seguridad, a partir de las diez de la noche, pero también durante el día». «A partir de las 22 horas se cierra la calle que accede a los muelles de la zona sur (la calle que discurre entre las pistas deportivas) y se habilita un itinerario alternativo para que todos los usuarios, pasen por control. El socio y el transeúnte que tiene aquí la embarcación, una vez identificados tienen acceso como no podía ser de otra forma. En cuanto al visitante y público en general, a partir de las 22 horas tiene prohibida la entrada si no va acompañado por un socio, o tiene un permiso de este, para ir a su embarcación. Esta medida se aplica con gran éxito y aunque en un principio no gustó a todos, se tiene ya asumida», explica Lambies. «Durante el día, se ha pedido al personal del club, que identifique a cualquier persona que esté a bordo y si no es el propietario o tiene su autorización, se le debe de desalojar inmediatamente», apunta.

Al propietario de la embarcación se le ha pedido colaboración para que indique a sus operarios que tienen que identificarse en la oficina del contramaestre, donde tendrán que mostrar la autorización que tienen del propietario, y que será comprobada en todos los casos. «Estamos teniendo muchos problemas con esta medida, ya que muchos socios se molestan por ello y salvo dos o tres, ninguno ha informado en la oficina del contramaestre que se iban a hacer trabajos en su embarcación», incide Lambies. El propio comodoro se defiende porque las medidas anteriores, han suscitado comentarios en su contra «de querer convertir el RCNV en una cárcel». «A la vista de los hechos, creo que nos hemos quedado cortos», concluye.