Tan sólo un año y medio después de que el doble crimen de la calle Císcar, que costó la vida a dos hermanos de 79 y 75 años, conmocionara a todos los valencianos, ya hay castigo para el autor de las muertes de Juan Carlos y Araceli Oliva. 38 años de prisión deberá cumplir el acusado después de que un Jurado Popular lo declarara ayer culpable de dos delitos de homicidio sobre personas especialmente vulnerables y otro de estafa continuada ya que sustrajo de las cuentas bancarias de las víctimas cerca de 4.000 euros.

Juan Antonio D. R., de 51 años, reconoció ayer durante la vista oral punto por punto el relato de hechos del Ministerio Fiscal. Admitió que estranguló a ambas víctimas y que posteriormente ocultó sus cadáveres dentro de sendos sacos de dormir, cubiertos con mantas y alfombras. Asimismo colocó sobre ellos una capa de arena sanitaria para gatos en una habitación llena de ambientadores para mitigar el hedor y retrasar así el hallazgo de los cuerpos, encontrados el 22 de mayo de 2016.

El acusado también instaló un dispositivo de alarma en la puerta que le alertara en caso de que alguien accediera al habitáculo, y cerró la habitación con candado.

Pese a todos sus intentos por tratar de entorpecer la labor de los investigadores, el ahora autor confeso dejó todo un reguero de pruebas que lo incriminaban directamente. La jefa del grupo de Homicidios de la Policía Nacional, encargada de la investigación, detalló ayer en el juicio cómo llegaron hasta el sospechoso y las numerosas pruebas contra él. Por un lado no tuvo reparos en realizar varias extracciones bancarias con la tarjeta de una de las víctimas en cajeros próximos al domicilio de la calle Císcar donde cometió el crimen y cerca de su propia casa.

Además, siendo la persona encargada de cuidar a los dos hermanos, quienes le ayudaban económicamente pagándole durante dos años el alquiler de la vivienda, la luz, el agua y otros gastos, se inventó que éstos se habían ido a Navarra, hecho que tan pronto como se encontraran sus cuerpos lo situaría como principal sospechoso. De igual modo usó el coche de Araceli y vendió las joyas que había sustraído en la casa. De hecho, las alianzas de la boda de los padres de Juan Carlos fueron recuperar por la policía en un comercio de compraventa al que había acudido el acusado.

Asimismo fue grabado en un supermercado comprando los sacos de arena de gato y los ambientadores que luego utilizó para paliar el olor a muerte. Por si esto fuera poco regresó varias veces al lugar del crimen, fue visto por testigos, y la policía halló ADN y huellas de éste en el domicilio.

Por su parte, los médicos forenses del Instituto de Medicina Legal de València confirmaron que ambos murieron por asfixia, a Juan Carlos lo estranguló con sus propias manos y con Araceli utilizó una brida, aunque tampoco descartaron si usó una almohada.

El fiscal pedía inicialmente una pena de 45 años de cárcel, tal y como adelantó Levante-EMV, pero tras reconocer los hechos, se le rebajó la pena a 38 años de prisión, 18 por cada uno de los homicidios y dos por la estafa.