Caminar, sentir, ver o escuchar. Son muchas de las sensaciones que se proponen en unas rutas que se han puesto en valor en el término de Tavernes de la Valldigna y que permiten escuchar el sonido del agua recorriendo el Clot de la Font, un histórico paraje de Tavernes de la Valldigna, acariciar el viento desde las alturas del Mirador de la Valldigna o disfrutar visualmente de las múltiples especies de flores que nacen a las faldas de la montaña de la Ombría. Son espacios que se pueden visitar, pasear y, por supuesto, disfrutar, gracias al esfuerzo de la gente que ha formado parte de la iniciativa local del Taller Ocupacional «Revalorització dels recursos turístics i naturals».
Estos trabajos han servido para limpiar y adecuar estos espacios pero también para dotarlos con paneles en los que se puede encontrar infinidad de información sobre los diferentes ecosistemas que forman esta zona que abarca desde el monte hasta la misma orilla de la playa.
Esta acción ha sido posible, además de por el trabajo de los miembros de este taller ocupacional, por las ayudas de la UE y el Estado.
Esta «ruta, la de los sentidos», nombre con el que han bautizado este paseo, el visitante puede comenzar una jornada a los pies de la Ombria, en el paraje del Clot de la Font, seguir por la zona de Sant Llorenç, en el Racó de Joana de Tavernes, subir hasta el mirador de la Valdigna, continuar por los Ullals ubicados al lado de la carretera que une el casco urbano del pueblo y la playa de Tavernes. En ellos, se puede admirar un pato de «coll verd». Supone todo un privilegio para aquellos que decidan cambiar el turismo de sol y playa por unos días de descanso y recreo en plena naturaleza. En cada una de las diferentes zonas que se han rehabilitado, limpiado y señalizado, el visitante puede saber qué especies, tanto animales como vegetales, son las que habitan en la zona.
Guía para invidentes
Además se ha incluido una guía para invidentes. Una de las personas que ha participado en los trabajos, Alex Blaxco, asegura que «ha sido una experiencia enriquecedora, muy gratificante y, sobre todo descubrir que a pocos metros de nuestra ciudad tenemos zonas de incalculable valor».
