La víspera de Navidad, Nueva York rompía su tradición de ciudad «fría», acostumbrada a duros y húmedos inviernos cuando Papa Noel paseaba en manga corta por la 5ª Avenida con 18 grados y sin asomo de nieve. No es un caso aislado. Hace unas horas que una dorsal de aire cálido se asomó a la orilla del Polo Norte dejando por la zona unos agradables cero grados donde deberían andar en estas fechas por debajo de -35º.
El mundo asistió a la traca final de un año que ya prometía y al que no ha sido ajena la Comunitat Valenciana, donde el 2015 ha sido el segundo año más cálido desde que hay registros, solo por detrás de 2014. En la ciudad de Valencia, donde se hacen mediciones desde 1859, el 2015 se sitúa también como el segundo año más cálido tras 2014. Mayo como diciembre han sido los más cálidos desde el inicio de los registros, y julio el segundo más cálido, según la Aemet.
La Organización Meteorológica Mundial (OMS) ya alertó en noviembre sobre la posibilidad de que 2015 se convirtiera en el año más cálido desde que hay registros, con un grado por encima de la temperatura media preindustrial, antes de que comenzaran a intensificarse la emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y se produjera el calentamiento global.
Las primeras proyecciones de los modelos climáticos utilizados por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), en su cuarto informe, comienzan a ajustarse como un guante a lo que ya está ocurriendo y se registra en los termómetros.
«Estos datos son coherentes con las estimaciones globales, que indican un ascenso de temperatura en el último siglo, que en la Comunidad es más visible desde final de los años 80», explica José Ángel Núñez, jefe de Climatología en la delegación territorial de Aemet.
«La hipótesis de cambio climático no implica que cada año será más cálido que el anterior o cada mes más cálido que el anterior, sino que dentro de la tendencia general al ascenso podemos encontrar de forma puntual años algo más frescos, como lo fueron el 2010 y el 2013, o dentro de un año extremadamente cálido, como lo ha sido 2015, podemos encontrar meses muy fríos, como lo fue el mes de febrero o el de septiembre», añade.
El IPCC asegura que la temperatura media global del planeta ha subido 0,85ºC entre 1880-2012 y que cada una de las tres últimas décadas ha sido más cálida que todas las anteriores desde 1850.
Aemet realiza proyecciones de cambio climático para el siglo XXI «regionalizadas» sobre España y correspondientes a diferentes escenarios de emisiones. Es decir, ha trasladado a nivel nacional o incluso al detalle de comunidad autónoma lo que los modelos utilizados por los científicos del IPCC «veían» a escala continental.
Estrategia
Es decir, París ha marcado una pauta de acuerdo internacional que ahora hay que cumplir para reducir las emisiones de GEI, pero cada país y región geográfica va a sufrir el cambio climático de una manera distinta y es momento de saber «cómo nos va a afectar y qué podemos hacer para minimizar sus efectos», explican en la Conselleria de Medio Ambiente.
Las perspectivas para la Comunitat Valenciana no son halagüeñas. Su situación en un punto de frontera climática y a orillas del Mediterráneo no ayuda e incluso en alguno de los escenarios más optimistas (RCP4,5), con unas emisiones estabilizadas antes del 2100, con 538 partes por millón (ppm) de CO2 en la atmósfera, y un equilibrio en el Forzamiento Radiativo „la diferencia entre el calor que entra en la atmósfera y el que escapa de ella„, las temperaturas subirían algo más de dos grados y habría olas de calor con hasta 10 días de duración.
En el «peor escenario» (RCP8,5), con un forzamiento todavía creciente y el CO2 en torno a 936 ppm „en la actualidad se han superado ya las 400 ppm„ los valores de temperatura, duración de olas de calor, descenso de las precipitaciones, etc... se disparan. El incremento de la temperatura sería superior a la media global, con subidas de entre 3,8 y 6 grados centígrados en los meses invernales y estivales, respectivamente, y olas de calor que podrían prolongarse durante más de 30 días.
Las precipitaciones se reducirían entre un 12 % en los meses de invierno y un 24% de media en los estivales en el ámbito mediterráneo, según las proyecciones, aunque no aparecen tan claramente definidas para la Comunitat Valenciana.
Los cambios esperados, incluso con el cumplimiento íntegro de los objetivos aprobados en la cumbre de París, son de tal calado que obligan a adoptar ya una estrategia de adaptación que según los expertos del ministerio, tendría costes muy inferiores a los de intentar «reparar» los daños del cambio climático.
La Generalitat está revisando la estrategia frente al cambio climático promovida en la anterior legislatura, y que previsiblemente será aprobada antes de fin de año, según el secretario autonómico de Medio Ambiente Julià Álvaro.
