Las bolsas llevan semanas agitadas, muy agitadas, por las alertas sobre un parón del crecimiento en China y las dudas que esto genera en el conjunto de las economías mundiales. Esta situación aumenta las dudas entre los inversores, lo que se traduce en una elevada volatilidad de los mercados. En este clima actual, creo que no está de más tratar de aportar algo de serenidad.
Llevo toda mi vida profesional relacionado con la bolsa y, con los años, mi visión de los mercados ha ido cambiando. Hoy los veo como un medio para poder ayudar a los ahorradores a gestionar sus inversiones a largo plazo (de diez años o más) y eso me permite verlos de una forma más serena, sin verme influido por las emociones del corto plazo. Por eso considero que estos momentos no son una situación de riesgo , sino una clara oportunidad para el ahorro a largo plazo.
¿Por qué? Pues porque aunque es cierto que el crecimiento chino se está ralentizando, no hay que perder de vista lo sucedido en los últimos años. Hoy, las previsiones más pesimistas auguran un crecimiento de China en torno al 4-6% anual, poco para lo que estamos acostumbrados, pero muchísimo para lo que es lo habitual en las economías desarrolladas. Además parece lógico que, tras el sprint de la economía china en los últimos años, se produzca una cierta relajación.
Que la economía china ha hecho un gran sprint no lo duda nadie. Por ejemplo entre 2005 y 2014, el PIB chino se multiplicó por más de cuatro, creciendo a una media de casi el 10% anual: si en 2003 China representaba el 3% del PIB mundial, hoy ya representa el 14%. Y seguirá creciendo, aunque con toda seguridad a menor ritmo. Por eso, cuando se habla del desplome del crecimiento chino, evito dejarme arrastrar por los temores y miro hacia el futuro. Y veo que es un país que seguirá creciendo, que cada vez pesará más en la economía del mundo y ayudará al crecimiento mundial, por lo que inevitablemente invertir en estos momentos y también de manera periódica a largo plazo y preferentemente a través de fondos de inversión con la máxima diversificación mundial es una buena opción.
