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Zank reinventa los préstamos entre particulares

La firma ofrece créditos financiados por inversores privados como alternativa a la banca y comprueba la solvencia con un sistema informático que analiza más de 200 variables

Zank reinventa los préstamos entre particulares

La startup Zank está cambiando las reglas del juego en los préstamos personales. La firma ofrece créditos financiados por particulares como alternativa a la banca tradicional. Los fundadores de Zank han creado una plataforma que comprueba la solvencia de sus clientes analizando más de doscientas variables. Los fondos proceden de particulares que invierten en la cartera de créditos de la compañía y reciben una rentabilidad en función de la solvencia de los clientes. Zank es una de las 83 startups del sector de las «fintech» que operan en España. Entre todas generaron el año pasado cuarenta millones. Los datos están muy lejos del resto de Europa donde el año pasado este tipo de compañías movieron más de mil millones de euros. La cifra es ínfima si se compara con el mercado estadounidense donde solo la compañía Lending Club, que cotiza en bolsa, generó un volumen de negocio de diez mil millones de dólares con un sistema similar al de Zank.

La empresa la fundaron hace dos años el valenciano Luis Reig, Oriol Chimenos y Leonardo Ramiers. Con formación en ingeniería de telecomunicaciones y en administración y dirección de empresas, los tres coincidieron en el MBA de IESE (máster de administración de empresas de la Universidad de Navarra). Reig explicó que la diferencia fundamental con la banca tradicional es que el dinero que prestan «no es de Zank sino de inversores particulares. Si una persona necesita un préstamo de 4.000 euros lo pide en Zank y nuestra red de 2.000 inversores ven la propuesta y si les gustan invierten la cantidad que quieran hasta completar los 4.000 euros. Después, van recibiendo el dinero con intereses». Los intereses dependen de la solvencia de los que piden el crédito. Los análisis de Zank son tan rigurosos que solo conceden el dos por ciento de los créditos solicitados porque el objetivo de la compañía es evitar al máximo los impagos. Si los que reciben el préstamo no lo devuelven, los que pierden el dinero son los inversores.

Luis Reig aseguró que ofrecen créditos con intereses similares a los de los bancos. «Algunos préstamos los concedemos al 6,8% si la persona es solvente, aunque el tipo medio es del 12%». Sobre la garantía de devolución, Reig incidió en que es un contrato particular en el que el deudor responde con sus bienes. La startup tiene acuerdos con empresas de recobros de impagos.

Zank utiliza una pasarela similar a la de los bancos para comprobar la solvencia de los clientes. «Una empresa externa nos proporciona los datos sobre cómo es la persona a nivel de solvencia. Nos dice los tipos de préstamos que tiene. Intervienen doscientas variables. Las más potentes son las de ingresos y gastos. Eso nos dice la capacidad que tiene la persona de devolver el dinero y su estrés financiero».

Luis Reig insistió en que son estrictos a la hora de conceder los créditos porque la mayoría de sus clientes proviene de internet y «ahí cualquiera puede entrar». En cualquier caso, la startup solo tarda veinticuatro horas en contestar a las solicitudes de crédito. El plazo de devolución es de entre seis y cuarenta y ocho mes, aunque lo normal son veinticuatro meses.

La compañía concedió 200.000 euros en su primer año de funcionamiento y en 2015 prestó medio millón. Reig apuntó que se les ocurrió la idea durante el máster. «Hoy en todo el mundo hay muchas plataformas de financiación colectiva. Surgieron en Estados Unidos e Inglaterra. La principal plataforma de Estados Unidos ya está en bolsa y este año van a salir tres o cuatro más. En España había una empresa que hacía una cosa parecida a nosotros, pero ahora somos los únicos». El portavoz de Zank destacó que la clave de su empresa es que disponen de unas herramientas informáticas muy potentes, que analizan los modelos de riesgo y los posibles fraudes. Reig sentenció que sus clientes fallan menos que los bancos gracias a su sistema.

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