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Crecimiento o rentabilidad

Las startups por definición son empresas de reciente creación, escalables, con un alto potencial de crecimiento y una ventaja competitiva, y que por lo tanto pueden ser una gran oportunidad de inversión

Las startups por definición son empresas de reciente creación, escalables, con un alto potencial de crecimiento y una ventaja competitiva, y que por lo tanto pueden ser una gran oportunidad de inversión. Sin embargo, en el entorno de los inversores de startups hay un amplio debate entre los defensores del crecimiento, y los defensores de la rentabilidad.

El principal exponente de la primera posición es el crecimiento a cualquier precio. Startups como Twitter o Whatsapp son ejemplos de la filosofía de tener el mayor número de usuarios y/o clientes, y de esa manera ser el dominador a cualquier precio, porque lo que importa es crecer, crecer y crecer, lo más rápido, sin tener en consideración si realmente seremos capaces de después llevar esta empresa a rentabilidad.

Este formato tiene un contra, requiere de mucho capital, ya que sólo quema. En ese caso, la preocupación de los inversores de fases tempranas no tiene que ver con la rentabilidad, ese es problema del último inversor cuyo objetivo será llevarla a rentabilidad, y sacarla a bolsa.

En el otro lado del ring, nos encontramos con los defensores de todo lo opuesto, los que piensan en generar una empresa desde el entendimiento más tradicional. Un ejemplo claro de este pensamiento sería un gabinete de abogados o de arquitectos. Es generar una empresa rentable que me pague las facturas y vivir de la misma desde el primer minuto.

Por la definición de startup que hemos comentado antes, intuimos que lo interesante es que llegue al mercado y lo conquiste de la manera más rápida, que se aproveche de esa ventaja competitiva para llegar antes que sus competidores, y este segundo modelo no aprovecha la ventaja.

No obstante nos encontramos con una tercera tendencia entre los inversores Venture Capital, tendencia que se está viendo en la mayoría de los casos, y que tiene que ver con las desventajas que los pensamientos anteriores proporcionan. Si únicamente te centras en la rentabilidad, estás desaprovechando comerte el pastel, antes de que otro competidor llegue y lo muerda, por tanto, no estás aprovechando la ventana de tiempo para crecer a gran velocidad. Por otro lado, crecer por crecer, sin una visión clara de la futura rentabilidad de la empresa, carece de sentido en la mayoría de los casos. Entonces, ¿en qué se están fijando estos inversores?

Pues están entre ambas posiciones, invertirán en empresas en fase de crecimiento, aquellas que aprovechan su oportunidad de mercado, por lo que difícilmente deberían de tener un Ebitda positivo, nunca deberían de tener beneficios, deberían de cerrar el año en negativo. ¿Por qué? Porque están invirtiendo en ese crecimiento, pero entonces, ¿dónde hay que fijarse para ver la rentabilidad? Pues en la primera parte de la cuenta de resultados, en unas métricas muy extendidas en el sector Venture Capital que son: coste de adquisición de cliente, frente al LifeTime Value, o al margen por cliente. El negocio podrá llegar a ser rentable, únicamente si cobro más por cliente, de lo que he gastado en captar a ese cliente, independientemente de que ahora para crecer esté comprando más clientes de los que estoy exprimiendo.

El margen bruto de esa cuenta de resultados es el que debería de ser positivo, aunque el Ebitda es aproximadamente cero. Todo lo que estoy generando en margen lo estoy reinvirtiendo en marketing para crecer. Vulgarmente, en Bbooster a eso lo llamamos surfear el break even (como en Traventia.com), puesto que sabes que rebajando la inversión en crecimiento vas a estar en ese punto de equilibrio y el core business de la empresa será rentable.

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