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Ser o no ser (inversor)

No duden ni por un segundo que todos somos inversores durante toda nuestra vida, aunque no nos demos cuenta de ello. Invertir es colocar nuestro dinero en uno o varios activos, durante un tiempo, a cambio de obtener un rendimiento. Y eso básicamente lo hacemos todos, todos los días.

Invertir es algo que siempre sucede, por acción u omisión, y que influye de manera decisiva en nuestro patrimonio a lo largo del tiempo. Cuanto antes nos demos cuenta de ello, antes podremos obtener mejores resultados financieros. Y en esto, como en otros aspectos, tener un plan adecuado a nuestras necesidades y objetivos personales, asesorarnos adecuadamente y realizar una vigilancia constante de nuestra situación, son las claves del éxito.

Es por tanto un proceso individual, que exige analizar nuestra situación y objetivos. Y como sucede con las prescripciones médicas, lo que es bueno para uno, puede ser trágico para otro. Con ello me refiero a hacer lo que «nos han dicho» confundiendo inversión con especulación, a no tener fijado un objetivo, a dejarnos llevar por el miedo o por la avaricia o a limitarnos a inversiones en un único mercado o divisa. Pero una vez situados correctamente en este punto, nunca como hoy en día el inversor individual ha tenido a su alcance tal cantidad de herramientas y un acceso tan sencillo y directo a cualquier tipo de inversión en cualquier lugar del mundo.

Para el inversor particular, los fondos de inversión se convierten en el vehículo perfecto para canalizar cualquier inversión, sea cual sea su volumen. Nos dan acceso a cualquier activo, están gestionados de manera profesional y aportan la diversificación y liquidez necesarias en cualquier cartera. Y este puede ser un buen momento para, con prudencia, tomar posiciones cuando otros dudan por las incertidumbres que nos acompañan en nuestro largo camino de inversores (nuevas elecciones, Brexit, subida de tipos, inestabilidad mundial€). Sólo un detalle más, no compre el primer fondo que le ofrezcan, busque y compare, entienda lo que se le ofrece y decida en consecuencia.

Y, si no nos consideramos capacitados para ello, es el momento de buscar asesoramiento financiero profesional, que se hace altamente recomendable, si queremos navegar con ciertas garantías en este mar revuelto de los mercados financieros. Porque, queramos o no, inversores somos todos.

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