La cadena de distribución mayorista Makro, especializada en el sector hostelero, se halla en pleno proceso de «cambio cultural» con el objetivo de situar a sus clientes valencianos en el centro de todas las decisiones de la compañía. «Queremos ser el socio del hostelero valenciano, no solo un proveedor, y que nuestros clientes sean fans de Makro», según aseguró a este diario el gerente del centro de Vara de Quart, Francisco Ayala, quien añadió que «un cliente se queja cuando un servicio no es de su agrado, pero un fan te ayuda porque busca la mejora continua». El propósito es «escuchar mucho más al cliente realizando mesas redondas para ver sus inquietudes o qué servicios echa en falta». Además de esas mesas, la compañía pretende realizar encuestas de clima y, sobre todo, «va a reforzar el oficio de los equipos» mediante cursos de formación.
Otra de las estrategias de futuro en las que se va a concentrar la compañía es en reforzar el producto fresco, que en estos momentos se compone de cuatro grandes secciones: pescadería, carnicería, frutería y bodega. Se trata de unos productos, en este caso los tres primeros, que Makro «desmonta y monta diariamente para garantizar al cliente la mayor frescura en los mismos», según explica Ayala. El 85 % de los clientes de la firma son hosteleros, entendidos estos por propietarios y gerentes de bares, cafeterías, restaurantes y hoteles, mientras que el 15 % restante son particulares, fundamentalmente autónomos e integrantes de las denominadas profesionales liberales. Todos ellos, pero sobre todo los primeros, disponen en estos centros -la cadena cuenta con uno en Albuixech además del citado del polígono Vara de Quart de València- de prácticamente todos los artículos que pueden necesitar para sus establecimientos, desde la alimentación ya mencionada a todo tipo de menaje, mobiliario y electrodomésticos. Francisco Ayala explicó que estos profesionales clientes de Makro disfrutan de la ventaja de unos precios inferiores a los que se pagan en el comercio minorista fundamentalmente por los ahorros que conllevan tanto el volumen de las adquisiciones como por el embalaje. En este sentido, el gerente del centro de Vara de Quart precisó que «en un supermercado se compran latas individuales de tomate, por poner un ejemplo, y aquí son lotes de veinte».
