Fue una frase para la Historia. De las de verdad. «El BCE está preparado para hacer lo que sea necesario para preservar el euro. Y creánme, será suficiente». La pronunció el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, el 26 de julio de 2012. Aquel día, la prima de riesgo española, es decir, el sobreprecio respecto al bono alemán exigido por los inversores para prestar dinero al país, alcanzó un máximo histórico de casi 650 puntos que hizo temer que la moneda única saltara por los aires. No sucedió tal hecatombe y seis años más tarde, este diferencial es unas diez veces inferior. Esta semana rondaba los 70 puntos. ¿Qué ha significado para las empresas y las familias españolas?
El jefe de Análisis Macroeconómico de BBVA Research, Rafael Doménech, apunta que una tercera parte del crecimiento español postcrisis está relacionado con la mejora de la financiación del país. Para el sector público, con unos niveles descomunales de endeudamiento, implica pagar menos intereses y, por tanto, liberar recursos para otras partidas y evitar más recortes en servicios públicos. Familias y empresas han hecho acopio de capital por los menores costes. Por ejemplo, BBVA Research estima que los hogares españoles han ahorrado entre septiembre de 2008 y diciembre de 2017 unos 44.000 millones de euros. Un 39 % (17.190) procede del descenso de los tipos de interés, que se encuentran en el cero por ciento, y el 61 % restante (26.871), por desapalancamiento. El 59 % es por ahorro en crédito a la vivienda y el otro 41 %, por préstamos al consumo.
Deuda de las empresas
En cuanto a las empresas, el director adjunto del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), Joaquín Maudos, detalla que el tipo de interés promedio ha registrado una «rebaja brutal» del 4,2 % al 2,2 %. El recorte ha sido mayor en los préstamos de menos de un millón de euros (los que piden las pymes), que han pasado del 5,6 % al 2,6 %, mientras que en los que superan esa cifra (grandes empresas) el descenso ha sido del 3,6 % al 1,7 %. Maudos asegura que «buena parte de la recuperación española viene del maná del BCE», sin cuyo concurso la salida de la crisis habría sido mucho más difícil. Entre 2012 y 2017, las empresas han reducido su deuda en 300.000 millones de euros. Cifras de vértigo. Bendito Draghi.
