¡God Save The Queen! Este vítor está hoy más vigente que nunca para la mayoría de los seriéfilos de todo el globo, porque ya está aquí The Crown la serie de Netflix que repasa el reinado de Isabel II de Inglaterra desde su matrimonio con el Duque de Edimburgo en 1947. Por fin una producción televisiva sobre la enigmática vida de la monarca, que durante décadas ha estado eclipsada por los asuntos de faldas de su marido „hace escasos días murió una de sus amantes más conocidas, la argentina Malena de Blaquier„, o los amoríos de su malograda nuera, Diana de Gales.

El canal de streaming lanzó el pasado mes de noviembre la primera temporada de la serie, que consta de 10 capítulos de una hora de duración, y ya ha sido renovada por otra entrega más, dada la buena recepción de la crítica. El caso es que la desconocida actriz Claire Foy borda el papel de reina, como también su compañero, Matt Smith, quien encarna al protagonista de Doctor Who, la serie a la que debe gran parte de su carrera. El elenco lo completan Vanessa Kirby (Grandes esperanzas, miniserie), la premiada con un Emmy Eileen Atkins (Cranford) y otros actores británicos más conocidos en la gran pantalla como Jared Harris (Mad Men, El curioso caso de Benjamin Button), que interpreta al tartamudo rey Jorge VI; o John Lithgow (Dexter, Interstellar), que interpreta al presidente Winston Churchill.

Peter Morgan es el creador y guinonista de esta producción que trata de ofrecer la perspectiva más humana de la monarca, considerada como una de las mujeres más poderosas del mundo. De hecho, también se la conoce por ser la jefa de Estado más longeva del mundo a sus 90 años de edad. Morgan ya fue premiado con un Oscar al Mejor Guion por su trabajo con la pluma en The Queen, el filme protagonizado por Helen Mirren, que también fue proclamado como la Mejor Película en 2006 por la Academia. En The Crown, Morgan lleva a cabo un trabajo más meticuloso que en la cinta predecesora, ya que los tempos en televisión funcionan a otro ritmo, de modo que puede desgranar poco a poco los aspectos y temáticas que emergen de la biografía de Isabel II, como es el feminismo.

De hecho, a Felipe de Edimburgo, a quien le costó asumir el constante rol protagonista de su mujer tanto fuera como dentro de palacio, se le atribuye la siguiente frase: «No soy más que una maldita ameba. Soy el único hombre en el país al que no se le permite darle su nombre a sus hijos». Si sólo fuera por el apellido...