Donde dije digo digo Diego. Así se puede resumir la actuación del Valencia CF respecto a los requisitos para formar parte de la grada de animación. La decisión de limitar el acceso a esta zona a los mayores de 30 años sólo ha estado vigente 18 horas. Ayer, y ante la presión recibida, el club reculó y anunció que todos los abonados que ahora tienen el pase en esta ubicación del fondo sur lo podrán renovar y que la decisión de prohibir el acceso a los mayores de 30 años sólo se aplicará a las nuevas altas. De esta forma, la intención de disgregar a los radicales que se refugiaban en este espacio, se queda momentáneamente en agua de borrajas.

«Esta nueva medida rectifica la anterior y tiene como objetivo clarificar que la intención del club es, lejos de cuestionar, reforzar la Grada Joven pero, a la vez, permitir y alentar una rotación de jóvenes en el estadio y, por encima de otros criterios, mantener un principio de equidad e igualdad con los abonados que no forman parte de la Grada Joven», defiende el club. Eso sí, respecto al día anterior, se mantiene que en esta grada el abono será personal e intransferible y que se accederá al estadio mediante el uso de huella dactilar.

Y es que, mientras desde el club reconocían ayer que la medida había sido demasiado radical y que por ello se decidió suavizarla a pesar de llevar varios meses madurándola, desde la Curva Nord defendían que, en el fondo, la decisión lo que esconde es el hecho de impedir que la peña sea quién se gestione. «Nos dan una puñalada mortal», apunta Paco Rausell, directivo de la Curva. «Somos el único colectivo que no recibe ningún tipo de subvención por parte del club y, por ello, se llegó al acuerdo de que fuéramos nosotros quienes gestionáramos la Curva para asegurarnos que los socios pagaban la cuota (40 euros). Somos nosotros, y que quede claro, quienes rechazamos la subvención porque queremos ser libres y que nadie nos manipule», sostiene Rausell.

«En el acuerdo se estipulaba que nosotros hacíamos la renovación de pases de forma conjunta y teníamos el control de acceso. Así, cuando se pagaba el pase se pagaba la cuota. Pero ahora, el club impone que la renovación se haga a través de taquillas y con esto nos corta la autogestión», critica el dirigente tras incidir que, con las cuotas, la Curva Nord costea tifos, viajes, material de la sede o el mantenido de la página oficial entre otras cosas. «El club lleva tiempo poniéndonos zancadillas y esta es una más. No creemos que ceder en dejar renovar a los mayores de 30 años sea recular, sino que matiza su decisión para quedar públicamente bien hacia una parte de la afición que sabe que la Curva es quién verdaderamente anima».