El Valencia CF jugó ayer su mejor partido de la temporada. Los de Cesare Prandelli ofrecieron su mejor versión y merecieron otro resultado que la derrota ayer ante el FC Barcelona. La afición de Mestalla se reencontró con su equipo y pudo comprobar que la actuación arbitral de Undiano Mallenco, nefasta, tiró por tierra todo el trabajo realizado. Estas son las claves:
El Valencia comenzó cómodo sobre el terreno de juego
Cesare Prandelli apostó por un repliegue defensivo, el equipo se presentó en Mestalla armado y con las líneas muy juntas, y, desde su agresividad en la presión, tratar de robar el balón para, con la velocidad eléctrica de sus futbolistas, poder poner en apuros a la defensa del Barça. Además, el punto de presión sobre la salida del balón azulgrana, con Umtiti y Mascherano eran las claves para llevar el partido al punto en el que el técnico italiano quería. Y bajo esos parámetros comenzó a desarrollarse el encuentro. Luis Enrique y el Barça ya sabían lo que les esperaba en Mestalla, un choque áspero, y en los primeros minutos el Valencia ya dejó muestras de que no estaba dispuesto ni mucho menos a rendirse. Ordenado e intenso en su fútbol, con un acertado planteamiento táctico, el Valencia comenzó a encontrase muy cómodo en el campo.
La fortuita lesión de Iniesta condiciona el encuentro
Cuando mejor estaba el Valencia CF, llegó la fortuita lesión de Iniesta tras un lance del juego con Enzo Pérez. Esa acción condicionó el arbitraje. Porque, a partir de ese momento, Undiano Mallenco fue demasiado riguroso en sus acciones. Muchas faltas que no eran, tarjetas amarillas... El partido también se jugaba en las bandas. En el área técnica de los entrenadores. Con Luis Enrique a pleno rendimiento. Hasta el punto de que el empuje del entrenador sirvió para que Undiano diera validez al gol de Messi cuando se pudo ver con absoluta claridad que Luis Suárez estaba tapando a Diego Alves y que su posición era de claro fuera de juego. Luego, incluso se tragaría un claro penalti de Umtiti sobre Rodrigo, y no expulsó a Busquets cuando el centrocampista tenía que haber visto la segunda tarjeta amarilla. Aún así, el Valencia no le perdió la cara al partido, y Parejo incluso pudo marcar el gol del empate.
Una reacción vibrante en el arranque del segundo tiempo
En la segunda parte, el Valencia CF llevó la línea de presión un poco más arriba, y ese paso adelante que dio el equipo cambió la cara al partido. Porque, además, Prandelli decidió hacer un cambio ganador. Metió a Munir en el campo y el conjunto valencianista fue mucho más ofensivo. La reacción vibrante llegó en cinco mágicos minutos, en los que el Barça desconectó del partido. Primero fue Munir el que empató el partido tras aprovechar un centro de Parejo, y luego fue Rodrigo, al que le faltaba marcar un gol como el de ayer, para poner el 2-1 en el electrónico de Mestalla tras un pase de fantasía de Nani.
Un penalti no pitado a Mangala y otro sí señalado a Suárez
El Valencia CF le había dado la vuelta al partido, pero el choque no estaba ni mucho menos sentenciado. Porque el Barça tiene mucha pegada. Lo demostró cuando Luis Suárez empató el partido en una jugada a balón parado, después de que Alves metiera una buena mano. A los pocos minutos los de Luis Enrique igualaron el partido y quedaban minutos para que pasaran más cosas. El Valencia CF lo intentó a la contra, Nani le perdonó la vida al Barça, y luego Luis Suárez hizo lo propio con con los de Mestalla. Ocasiones hubo en las dos áreas. Incluso hay un claro penalti de Mascherano a Mangala en los instantes finales del encuentro que Undiano no pitó, pero sí que señaló el derribo de Abdennour a Suárez y que acabó en gol de Messi.
