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Entrenador del Karlsruher que vapuleó al Valencia 7-0 hace 23 años

Winfried Schäfer: "Nuestro dopaje fue mental"

Schäfer recuerda con nitidez cómo Kahn motivó a sus compañeros para machacar al Valencia

Winfried Schäfer: "Nuestro dopaje fue mental"

­­Winfried Schäfer, entrenador alemán de 66 años, tenía 43 cuando dirigió uno de los partidos que han marcado su carrera. Lo recuerda con nitidez. Aquel 2 de noviembre de 1993, su Karlsruher vapuleó al Valencia de Guus Hiddink. Después, Schäfer ha disfrutado de una intensa y exótica trayectoria en distintos continentes (fue campeón de la Copa de África en 2002 al frente de Camerún, y también dirigió a las selecciones de Tailandia y Jamaica, su último destino). Atiende por teléfono desde Londres esta entrevista, justo el pasado 2 de noviembre, cuando se cumplieron 23 años de uno de peores días de la historia del Valencia CF. Ese encuentro le costó el cargo primero a Guus Hiddink, que había llegado a Karlsruhe como líder de la Liga española; y, más tarde, a Arturo Tuzón, que dejó la presidencia ante la irrupción de Paco Roig.

¿Qué recuerda de aquel partido?

Recuerdo que una de las claves fue cuando, en la ida (3-1 en Mestalla), le sacaron una tarjeta amarilla tonta al final a aquel chico búlgaro (Lubo Penev) que no podría jugar en la vuelta.

¿Y de Guus Hiddink?

Sé que lo echaron como consecuencia de aquella eliminatoria. Iba primero en la Liga cuando vino a Karlsruhe y después todo se le vino abajo. Tiempo después me llamó el presidente del Valencia, Pedro Cortés, cuando yo estaba en Emiratos Árabes, para ficharme.

¿Cómo preparó aquel choque en el Wildparkstadion?

Nos reunimos por la mañana, les puse el vídeo del partido de ida y le quité el volumen y el color. Entonces se levantó Oliver Kahn (el portero) y se puso a gritar: ´¿Contra este equipo hemos perdido? Vamos a machacarlos´. Y contagió a todo el equipo. Por la tarde, en el autobús iban todos gritando: ´Vamos a por ellos, ellos son un equipo pequeño´. Jugamos muy agresivos. El Valencia no entendía nada. Había venido confiado, primero en su Liga, con mucho prestigio en Europa... ¿Quién es el Karslruher?´, se preguntaron. Pero nosotros teníamos a Kahn, Rolf y Edgar Schmidt.

Schmidt había sufrido un accidente de coche días antes.

Dos días antes. Venía de Luxemburgo: dio dos vueltas de campana. Por eso el fútbol es el deportero número 1, porque es imprevisible.

El Valencia disponía de un excelente grupo con futbolistas: Fernando, Mijatovic, Belodedici, Camarasa, Giner, Álvaro, Lubo Penev... Algunos se quejaron después de que el campo estaba muy mal y de que hacía mucho frío.Bueno, son excusas. El Valencia perdió por la cabeza. No puedes jugar como en una guardería. De 10 balones disputados, 8 fueron nuestros.

Otros se quejan, off the record, de que ustedes podrían ir dopados. No es normal que corrieran tanto, dicen.

(Risas) Nuestro dopaje fue mental, de motivación, del partido que vimos por la mañana y cómo Kahn supo motivar a todos sus compañeros. Nuestro carácter ganador. La diferencia entre los buenos equipos y los mejores es de mentalidad. Por eso el Bayern de Múnich ha ganado tanto en su historia.

¿Cómo fue el choque de la ida en Mestalla?

Fue muy superior el Valencia. Yo ya había jugado en Mestalla, en mi época de jugador del Borussia Mönchengladbach, junto a Reiner Bonhoff, contra el Valencia. Varios trofeos Naranja, contra Mario Kempes. ¡Qué estadio maravilloso! Es un teatro. Y una ciudad estupenda. Ojalá hubiese podido ir cuando me quiso Pedro Cortés, que estuvo negociando con mi club de entonces, el Al-Ahli, de Emiratos Árabes, en 2007.

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