Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La orquesta del Titanic

La orquesta del Titanic

Durante su alegato inicial en la junta de accionistas del pasado viernes, Layhoon leyó en esforzado castellano la siguiente frase, escrita sin duda por algún optimista al que Paulo Coelho no le llega ni a la suela de los Salvatore Ferragamo: «No repetiremos la misma temporada otra vez». La proclama hubiera tenido un pase pronunciada en agosto, durante, por ejemplo, la presentación del equipo en Mestalla. Por aquello de encender a las masas y buscar el aplauso fácil. Pero ya en noviembre y con el Valencia a un punto de la zona de descenso el eslogan solo sirvió para desatar murmullos socarrones en la platea.

El personal ya no se conforma con saber que las naranjas valencianas presidían la dieta en el hogar de los Chan. Ahora que la pelotita no quiere entrar, la mayoría ruidosa de pancartas, tiffos y hashtags abre los ojos y cae en la cuenta de que no somos ni sombra de lo que éramos, por mucho que la deuda de la FundacióVCF este finiquitada. Que la transacción más importante del fútbol mundial fue una pamema. Que no ha venido Juan Mata. Ni siquiera Camacho o Raúl Albiol. Que no había compromiso contractual por parte de Meriton para finalizar el Nuevo Mestalla antes del centenario en el contrato de compra-venta bendecido por Amadeo Salvo y Aurelio Martínez. Tarde, como casi siempre, pero la mayoría ruidosa cae en la cuenta. Algo es algo. La derrota en Vigo caricaturiza más si cabe la impostada seguridad de la presidenta ejecutiva, artista invitada en la orquesta del Titanic. El club que preside llega al parón liguero a demasiados puntos de la Champions como para no comenzar a imaginar otro verano de operación salida para cuadrar presupuestos. Prandelli, rebajada la espuma y el aura glamourosa creada tras su llegada, firma una hoja de servicios con cuatro puntos de doce posibles.

La culpa no es suya. No fue el italiano quien consintió a sabiendas que el Valencia comenzara la temporada con una plantilla descompensada y carente de gol. Los verdaderos responsables habitan en otros despachos. O deberían. Alguno apenas se dedica a merodear por la Ciudad Deportiva tratando de arreglar a base de carantoñas y postureo los desmanes cometidos entre junio y septiembre. Sabemos lo que no hicisteis el pasado verano. Un director deportivo que se precie emplea las semanas en viajar para ver fútbol y no se dedica a las relaciones públicas. La prioridad es otra, Jesús Vicente García Pitarch. Tu prioridad debería ser buscar jugadores sin descanso para mejorar el 1 de enero una plantilla muy mejorable.

Puede que la multa de Bruselas sea injusta. Puede incluso que sea usura. Pero la Unión Europea no tiene incidencia alguna en el desastre de proyecto deportivo que sigue permitiendo el señor Peter Lim.

Compartir el artículo

stats