La escena sucedió ayer por la tarde, en el regreso del Valencia a los entrenamientos tras el parón liguero. Cesare Prandelli no dudó en felicitar a Carlos Soler por el gran gol de falta directa que sirvió al Mestalla para sumar un punto en Llagostera. «¡Qué gran golazo, Carlos!», exclamó sonriente el técnico. El mediocentro canterano, a sus 19 años, ha superado la etiqueta de emergente promesa para situarse como una realidad de presente y ganarse, tras diez convocatorias sin ningún minuto de juego, el derecho al cásting. Y más en este Valencia en busca de soluciones y con un entrenador, como Prandelli, con especial sensibilidad para dar oportunidad a los jóvenes en todos los equipos en los que ha entrenado.

Soler espera el anhelado debut oficial con tranquilidad, sin ansia ni levantar la voz, en la línea de su carácter introvertido. Su promoción al primer equipo desde hace casi medio año no ha cambiado ni su personalidad ni sus hábitos. Ha empezado los estudios de Periodismo en la UV, no ha caído en la tentación de cambiar de coche y sigue conduciendo su Polo, conserva los amigos de la infancia y cada jueves no se pierde el arroz del horno de su abuela. Pero la realidad es que su nivel en los entrenamientos raya a la misma altura que el de sus compañeros de vestuario más experimentados. La cohabitación entre las sesiones (a veces dobles) con el primer equipo y los partidos en el filial le han reportado semanas enteras sin un solo día de descanso. Además, el centrocampista está siguiendo un plan físico y alimenticio para ganar firmeza muscular y mayor presencia.

A pesar de ser la promesa más destacada de la cantera desde hace años, tanto la dirección deportiva como su entorno han preferido no quemar etapas de forma acelerada, ni arriesgarse a que un debut precoz sea contraproducente, como ocurrió con la oportunidad que Nuno Espirito Santo dio en su día al delantero Rafa Mir. Pero tanto por merecimientos como por el contexto de un equipo en busca de una definición, Soler está en la rampa de salida, en la misma situación privilegiada con la que otros compañeros de la generación de 1997 han debutado Oyarzabal (Real Sociedad) o Aleix García (Manchester City).

La Copa y el fichaje de un «6»

Dos factores pueden influir en el futuro más inmediato de Carlos. La llegada de la Copa del Rey (se debuta el próximo martes 29 en casa del Leganés) representará una ocasión de oro para saber qué planes tiene Prandelli a corto plazo para Soler. Contar o no con minutos será muy indicativo, tanto como los movimientos del club en el mercado de invierno. El Valencia estudia la conveniencia de incorporar a un mediocentro de perfil veterano, lo que frenaría considerablemente las opciones de disponer de minutos.

Llegados a ese escenario, no se descarta activar una cesión a un equipo de Segunda división, garantizando previamente que contase con minutos para no estancar su progresión. También sería viable que acabase la temporada en el Mestalla, ya que el club tiene el objetivo de intentar subir de categoría al filial.

Soler, en la escuela del club desde los 7 años, con una fuerte militancia valencianista, destaca por la dirección de juego y el golpeo de balón, sobre todo a balón parado. Y con los años ha ido ganando mucha capacidad defensiva.