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La enseñanza de Abelardo

La enseñanza de Abelardo

Abelardo de Gijón abrió el melón. Llevaba mucho tiempo sospechándose, demasiadas pistas iban dirigidas a concluir lo que el entrenador del Sporting, de buen grado, tuvo a bien confirmar a machetazo limpio. un periodista deportivo puede serlo pero hasta un límite. Y fue Abelardo, probablemente sin tan siquiera pretenderlo, el que esbozó esta semana un manual necesario: «sé periodista deportivo sin perjudicar a tu equipo: consejos útiles». Abelardo escribirá el prólogo. en sus ataques al periodista de Radio Marca no lo tachó de mal profesional, sino de mal sportinguista, que es mucho peor, por lo que se ve. Que aprenda de Marcelino.

Uno termina siendo mal periodista deportivo cuando, a su entender, no es lo suficientemente fervoroso de su equipo. un periodista deportivo, según la tesis abelardiana, se traga su prurito periodístico, esconde su vis crítica, repliega sus informaciones más ácidas y entierra su ética si gracias a todo ello puede evitarle un disgusto al equipo de sus amores. Está bien que un entrenador fiscalice a un periodista (la crítica no puede ser unidireccional y quien golpea debe estar listo para encajar). Lo irónico, lo letal, tiene que ver con que el reproche venga porque el corresponsal en Mareo no estuviese lo suficientemente entregado a la causa sentimental. Eh, no te pases de periodista que primero eres aficionado de tu equipo. La tesis ha irrigado bien. Me encuentro constantemente a amigos creyentes en la libertad de prensa y el derecho fundamental a la información hacer un asterisco en sus creencias cuando se trata de info deportiva.

Un poco entre todos, opinadorcillos incluidos, lo debemos haber provocado. Decía el clásico que el género deportivo viraba hacia un fin onanista, dando placer a aquellos que desean leer lo que reforzase sus convicciones y no tanto lo que fuera verdad. No es exclusivo del fútbol, pero sí más escandaloso. tanto que se le ha conferido a los demás el chance de cuestionar el color de la bufanda en lugar de la tonalidad de las crónicas. otra máxima de esas rimbombantes indica que «el periodismo consiste esencialmente en decir ´lord Jones ha muerto´ a gente que no sabía que lord Jones estaba vivo». Sí, ok, consiste en eso? excepto que perjudique a tu equipo.

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